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domingo, 9 de febrero de 2025

PERSONAS SIN HOGAR

          La prensa escrita, radio y televisión nos recuerdan constantemente con los puntos sobre las íes que sepamos, sin poder echar una mano para remediar la pobreza, que esta aumenta a pasos agigantados por todos los rincones de nuestras ciudades del Nuevo y Viejo Mundo, más allá y más acá, acarreándonos problemas de solidaridad y de otra índole, circunstancias adversas y convencionales en países desarrollados, ricos en medios económicos, materiales y sociales, y en otros menos agraciados con situaciones al límite de las previsiones previstas para disminuirla y soñar en la esperanza de nuevas y positivas perspectivas de vida y bienestar.

                              Es, más cada año, mayor el número de personas necesitadas de un techo y de un plato de comida, de ropas y de enseres para mitigar el hambre, el ropero e higiene necesario de forma cotidiana. Satisfacer sus necesidades es una tarea de todos, individual y colectiva a través de asociaciones o entidades con fines universales de caridad y humanos coherentes o altruistas con una capacidad suprema de hacer el bien a los necesitados y más vulnerables.

            Ahora, sin lugar a duda, es el momento por parte de los ayuntamientos de actuar responsablemente en el ámbito de albergues municipales con la tarea de habilitar más camas y asistencias de primera necesidad, situación que se escapa de las competencias municipales como las asistencias sanitarias, limpieza corporal, lavandería… Lamentablemente, no funcionan dichos servicios como quisiéramos que así sean, aunque siempre tropezamos con dificultades adversas, naturales, etc. como el frío en época invernal.

                              Son muchos los que duermen en las calles. Se registra un incremento de las personas que denominamos ‘indigentes’, casi imposible de contabilizar, sobre todo, en los primeros meses del año. El perfil medio de los sin hogar atendidos en Centros Municipales de Acogidas (CMA) o por Cáritas Diocesana y parroquial son hombres y mujeres de entre 35 a 65 años de edad. Unas cifras que nos pueden horrorizar y a ponernos a pensar, que algo anda mal por motivos desconocidos e incompresibles.

       Solicitan dichas personas, por todo lo alto, servicios de alojamientos procedentes de otros municipios canarios, isleño, peninsular, europeo y de otros países. Son muchísimas las cantidades de hermanos y hermanas necesitados de tal menester de manera amplia y completa en toda la extensión del concepto pobreza en las distintas áreas de manifestarlo públicamente y sin escrúpulo. Son muchísimos los necesitados atendidos con cariño y eficacia en los centros mencionados, según los datos recogidos, facilitados por las IMAS, de enero a mayo, entre 2023 y 2024, con más hombres que mujeres.

                              Es esencial el conocimiento de la atención a las personas sin hogar del Centro de Día de Santo Domingo y del Hogar Joel Álvarez, durante el 2024, ubicados en santa Cruz de La Palma. Su Memoria Económica está distribuida en tres apartados:

                              - colectas y donativos a iniciativas y necesidades no parroquiales.

                              - balance de la Cáritas inter parroquial de El Salvador y del Santo Cristo de Calcinas.

                              - y balance de las atenciones a la totalidad del contingente humano, acogido con fines solidarios.   

                              A pesar de todas las adversidades padecidas existe un leve reflejo de haber disminuido con respecto a anteriores ocasiones, suscitadas en un marco muy corto o insuficiente en coberturas coyunturales, destacando la gran labor humanitaria a favor de los emigrantes llegados en pateras o lanchas neumáticas, zodiac, a nuestras islas desde el cercano continente africano. También, se pueden nombrar los miles y miles de refugiados alojados en distintos sitios, lejos de sus propios hogares, que son amparados por la misión general de la Cruz Rojas local e internacional.

         Situación que se escapa de cualquier competencia, a pesar de que los ayuntamientos aplican inversiones a la atención social, se necesitan ayudas de otras administraciones, al no poder dar respuestas a situaciones que trascienden de lo municipal y que, además, van en aumento. Se atienden a muchas personas que no son residentes. Hay un aumento de exclusión severa, a pesar de no cumplir el perfil para recibir recursos humanos de servicio como sería los pisos supervisados.

                               Ya existen titulares periodísticos como el siguiente ‘ya en Canarias es un clamor el rechazo de los canarios ante el abandono que sufren las islas’, afrontando en solitario el esfuerzo de acoger a los menores migrantes no acompañados de origen norteafricano y subsahariano, que logran sobrevivir a la llamada ‘ruta atlántica’, el drama migratorio. Basta ya de torcer la vista al lado contrario y esconder la responsabilidad en problemas de tal magnitud, que a unos y a otros nos incumben con prioridad meridiana, urgencia y seriedad, mientras cientos de personas mueren o desaparecen frente a nuestras costas.

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