La prensa escrita, radio y televisión nos recuerdan
constantemente con los puntos sobre las íes que sepamos, sin poder echar una
mano para remediar la pobreza, que esta aumenta a pasos agigantados por todos
los rincones de nuestras ciudades del Nuevo y Viejo Mundo, más allá y más acá,
acarreándonos problemas de solidaridad y de otra índole, circunstancias
adversas y convencionales en países desarrollados, ricos en medios económicos,
materiales y sociales, y en otros menos agraciados con situaciones al límite de
las previsiones previstas para disminuirla y soñar en la esperanza de nuevas y
positivas perspectivas de vida y bienestar.