Sin demora, me pongo a escribir una biografía de un gran
orador palmero y brillante en su locución personal, dirigida a todos los
públicos, que se prestaban a escucharle, ansioso y de un elevado nivel cultural,
selecto y único en cualquier estamento en el saber y madurez intelectual, en
los círculos sociales. Fue una figura clave en la sociedad canaria y cultura de
Cuba. Una mente privilegiada para la época en que le tocó vivir, sobre todo, de
un elenco particular digno de tener en cuenta en un momento determinado.
Prestigioso conferenciante, siempre a la altura de sus conocimientos, fiel
reflejo de un bagaje adquirido a través de sus estudios.