De los muchos personajes, a través de los tiempos, desde
antes y después de la conquista de la isla de La Palma, encontramos a uno de
ellos muy interesante con fines concretos dentro de los círculos sociales del
último tercio del siglo XIX y del primero del XX. Tal ilustre persona nos
invita a todos a reflexionar con capacidad de desarrollar una actividad
profesional, siendo vocacional y promotora de innumerables virtudes, y a que se
abra una página de nuestra historia con matices humanos y admirables en el
desempeño de su profesión, perdurando siempre la memoria de un ilustre palmero,
distinguiéndose como notable cirujano y hombre honrado, sensible con el dolor
de los demás. Apasionado desarrolló con dignidad un solo objetivo y dedicación
plena el bienestar y consecución de la salud de todos aquellos, por un motivo u
otro, la hubieren perdido. Nuestro sujeto lo convirtió en suyo como instrumento
inseparable de amor, misericordia y caridad cristiana hacia los pobres y desamparados,
cuidado al prójimo, con el establecimiento de la salud física, bienestar
corporal y del óptimo funcionamiento del organismo en buen estado funcional,
mental y emocional.