En la próspera
e ilustrada Santa Cruz de La Palma, desde el momento mágico de su invención, el
cine estuvo presente. Transcurridos tres años de la presentación oficial en
París (Francia), en los inicios de 1898, Miguel Brito Rodríguez (1876-1972),
exhibía por primera vez el cinematógrafo
Lumière, asombrando a todos que pudieron admirar varios pases, como los
siguientes: Los siete pasos de Jesús, Lección de baile, La borrachera y El
carnaval de París.