Bahía de Santa Cruz de La Palma |
Santa Cruz de La Palma nació de la bahía natural al socaire
del Risco de la Concepción y esta realidad fundacional ha marcado su historia
con un sello indeleble en el transcurso de los siglos a referirnos a su dársena.
Desde siempre vivió para el mar y gracias a él la isla se propagó por tierras
conocidas. Adentrarnos en el mundo de la navegación desde la existencia del
hombre es constatar con nuestra tradición marinera a partir de varias
centurias, que han dejado huellas para la gloria y conocimiento de la
construcción naval en La Palma.
En los astilleros a nivel de playa surgió una industria
floreciente de competición y vanguardia, que en la carrera de Indias cosechó
grandes éxitos. Sus barcos construidos por fabricantes locales, carpinteros de
ribera y por armadores, surcaban las aguas y unían puertos tan distantes como
los de La Habana y Amberes. Para comerciar con el exterior la Corona de
Castilla creó en nuestra ciudad, si bien por breve tiempo, el primer y único Juzgado
Oficial de la Contratación de Indias en las Islas Canarias, muy al principio de
1564, al tiempo que las naves isleñas transportaban vinos y brea,
principalmente, a los puertos de Hispanoamérica, trayendo de estos mismos y de
Flandes pieles, plata… y objetos de estilo religioso.
Construcción de barcos |
Esta cultura se traduce en el establecimiento de verdaderas
dinastías de maestres, fabricantes y pilotos como las que ejemplifican las
sagas de los Cano, Díaz Pimienta, Arozena Lemos y Henriquez, Casas Lorenzo,
Rodríguez González, Fernández y otros tantos sin dejar de mencionar a los
armadores como Manuel Yanes, artífices de la ingeniería que formaron auténticas
familias de constructores y navieros de Fama, Mosquito, María Luisa, Zaragoza,
La Verdad… Se trata de una transmisión con altibajos que llegó a los albores
del novecientos con gran arraigo en la memoria colectiva de los palmeros, cuando la fabricación de a
vela, decayó a favor por la competencia de los grandes vapores, que
monopolizaron el comercio y tráfico nacional e internacional.
Barco de velas. Dibujo |
Los primeros intentos registrados de mover una embarcación
mediante una máquina de vapor o turbina se produjo en el último cuarto del
XVIII, pero no será hasta los primeros años del XIX, cuando un ingeniero
estadounidense, Robert Fulton, hace una propulsada por una rueda movida con la
fuerza de tal energía. Su aparición supuso toda una revolución universal, ya
que no dependía tanto de vientos y corrientes. Los primeros trasatlánticos eran
de la mencionada motricidad, rindiendo con eficacia en los parámetros del
servicio ejercido, que gracias a ellos se popularizó el vocablo “vapor” para
referirse a tales siluetas.
Barco movido a rueda. Dibujo |
Existe un documento de 1695 en el Archivo General de Simancas
(AGS), (Valladolid-España), en el cual hay constancia de una tentativa de 1543
por parte del español Blasco de Garay de propulsar la galera “Trinidad”, de 200
toneladas de desplazamiento, movida por medio de seis ruedas de palas. Sin
embargo, dicha propuesta pasó al olvido por el poco interés habido y hasta
finales de la dieciochesca centuria no existieron ningún tipo de ellas fiables
y eficientes.
En 1803 John Stevens desarrolla la aplicación a una
transmisión con hélices, teniendo claro que el futuro cambiaría a esta
modalidad mecánica. Supusieron un notable avance en la conquista de las rutas
con independencia de la climatología. Además, cambiaron por completo la
fisonomía del nuevo invento de la época.
Pocos vapores, así se conocían por todas partes, se hallan en
activo, dedicados a viajes de turismo o conservados como museo. Entre ellos se
ha restaurado el antiguo correíllo “La Palma” y hacemos mención del “Valbanera”
hundido en 1919.
Antiguo vapor correíllo La Palma |
Corrían mayores distancias con menor tardanza a comparación
de sus antecesores, acortando espacios, reduciendo costes y permitiendo que la
mercancía llegara en mejor estado. La garantía de la distribución en el correo
subiría enteros. Generaron más seguridad en el transporte e hicieron más rápido
el conocimiento de las noticias de ese entonces.
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