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Visión de la esclavitud |
La mayor parte de los esclavos de La Palma tienen su origen
en África, aunque no se ha podido clarificar el de todos. Los documentos,
protocolos notariales, constatan la presencia de bastantes personas de raza
negra y, además, los hay mulatos, habiendo referencias de algunos embarques por
compra y venta de los mismos, especificado por los contratos y fletes
existentes debido a estar las Canarias en la ruta de las Indias, que obligaba a
avituallarse en puerto a las naves, pasando antes por el vecino continente. En
la primera mitad del XVII nuestra isla era un lugar de adquisición y de
frecuentes intercambios de productos europeos con destino al referido suelo
africano. No cabe la menor duda, que por las escalas del comercio
intercontinental el punto de partida de dicho contingente pudo ser el asignado
anteriormente.
No sólo los ingleses y portugueses practicaron dicho oficio,
ya que los súbditos del Imperio español lo hicieron en tal magnitud que fue
advertido por los demás. ¿Hubo, entonces, esclavitud en el archipiélago? La
respuesta es sí, incluso en nuestro territorio insular.
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Embarque de esclavos |
Curiosamente, antes de la conquista por el castellano Alonso
Fernández de Lugo (1456-1525) en el siglo XV, Adelantado Mayor de Canarias, los
prehispánicos eran víctimas de las arribadas de aquellos, normandos franceses y
mallorquines, llegados a capturar a los aborígenes palmeros y de otras islas.
Después de la contienda de anexión y sometimiento a una desconocida
organización social, política y cultural, fue habitual que piratas berberiscos
raptaran a oriundos para pedir rescate por ellos.
Traemos a estas líneas el nombre del barrio de San Telmo, al
sur de Santa Cruz de La Palma, que proviene al crearse la Cofradía de Mareantes
de San Pedro González Telmo, en 1591, para ayudar a los caídos prisioneros de
los moros en Berbería con el producto del uno por ciento de lo que ganasen en
los viajes y con las limosnas obtenidas en los barcos de pescar u otras tareas
benéficas.
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Realizando diversos trabajos |
Una vez conquistadas Lanzarote y Fuerteventura desde los
primeros momentos se sufrieron incursiones, denominadas cabalgadas, para
trabajar en labores domésticas, agrícolas, artesanales, pastoreo... Los
ingenios azucareros y trapiches en las haciendas de San Andrés (Los Sauces),
Argual y Tazacorte, como la producción de vino y brea, demandó por su
importancia a nivel nacional e internacional de mano de obra barata, porque los
grandes hacendados no tenían que pagarles un salario, sólo la manutención y un
alojamiento, casi siempre en muy malas condiciones humanitarias. El número se
fue incrementando en el XVI. La azúcar era uno de los productos más lucrativos
del mercado europeo.
A causa de la competencia del transporte marítimo y por la
aparición de nuevos intereses industriales muchos se adaptaron a nuevas formas
de subsistencias en los sectores primarios, que en muchos casos formaron una
comunidad, mientras que otros fueron vendidos y embarcados al Nuevo Mundo para
continuar con la misma faena. Algunos se fugaron y consiguieron cierta hegemonía
en ser libres y otros quedaron liberados, considerados libertos, ya fuera por
su buen comportamiento, adquiriendo bajo precio de emancipación, por el
fallecimiento de sus amos o por decisión expresada en el testamento realizado
ante un escribano público.
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Otra visión de esclavitud |
Un liberto/a o liberatus es al que de algún modo le ha sido concedida
una ciudadanía plena de igualdad y de derechos civiles. Así se asignaban para
distinguir a los gladiadores señalados por orden del emperador, después de
salir vencedores de grandes batallas en anfiteatros y coliseo de la Roma
imperial. Eran figuras existentes en todos los estamentos esclavistas.
Todos ellos a nivel insular dejaron huellas, aunque en menor
medida que en suelo americano, e impronta en las danzas populares. Así la
mayoría de bailadores y tocadores en las procesiones, procedencia antedicha,
hasta finales del XVIII.
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Cristo de los Mulatos |
El Cristo de los Mulatos es una talla flamenca conservada en
una capilla lateral de la parroquia Matriz de El Salvador, propiedad de una
cofradía formada por los indicados componentes que tuvo un gran arraigo entre
la población civil, quedando como vestigio del patrimonio cultural religioso.
Ha sido recientemente restaurado su retablo, con gran acierto, por los
restauradores Nieves Luisa Cabrera Castro y Domingo José Cabrera Benítez.
El otro ejemplo de lo que estamos comentando es el Niño Jesús
o Infante, que se venera en el altar principal, en el centro del segundo cuerpo,
de la ermita de Nuestra Señora de la Encarnación, considerada como parte del extrarradio
de la ciudad capital, la primitiva data de finales del XV, y fue donado por una
esclava liberta en devolución de un favor recibido a cambio de la curación de
su hijo. Hoy tiene su función de templo parroquial.
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Niño Jesús. La Encarnación |
Tan delicada cuestión es un tema importante en la historia de
las mentalidades, pero no novedoso, ha sido objeto de análisis y controversia
desde distintos puntos de vista. Para unos fue producto de superestructuras
socioculturales y religiosas, mientras que otros autores inciden en factores
puramente económicos en relación a las necesidades del negocio.
Fue una institución conocida por sociedades complejas desde
la antigüedad y que a partir de los albores del mundo moderno como sistema de
producción se transformó en desarrollo, sobre todo la trata de sujetos de
color, y en menor medida otros colectivos. Canarias, por tanto, no se sustrajo
a este fenómeno.
Tenerife, Gran Canaria y nuestra isla, como territorio de
abolengo, tuvieron un gran protagonismo en el tráfico de estos hacia las nuevas
tierras de occidente, porque la mayor parte de las expediciones, que se
organizaban en Sevilla, donde se concedían las licencias, pasaban por aquí. Las
naves, necesariamente, llegaban para recoger tripulación y mercancía para el
intercambio.
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