Comentar con el máximo conocimiento y respeto sobre algo tan
esencial en el corazón de un pueblo no me corresponde, sino a los mismos
vecinos, artífices y mantenedores del evento. Representa una de las tradiciones
culturales e históricas, más antigua del municipio, cuando se aprueba como
conjunto y se convierte en propiedad de todos. Es un patrimonio centenario, que
han sabido preservar con la colaboración y relevo generacional como pieza
fundamental de la permanencia de esta tradición.
Realmente se llaman Caballos Fuscos de Los Quemados de
Fuencaliente, porque en ese barrio nacieron como una inventiva de hace más de
una centuria y, hoy, cuentan con una Asociación Cultural Etnográfica Caballos
Fuscos de Los Quemados del Municipio de Fuencaliente de La Palma.
Se bailan el último domingo de agosto por las fiestas de la
Vendimia. Algunos apuntan en los años pares, pero según referencias no es así
por extender su interés con miras provincial y regional. Se puede aprender
mucho sobre las vicisitudes padecidas a lo largo del tiempo. Son un patrimonio
y tradición desarrollados y conservados con cariño en su fabricación,
decoración y pasacalle o polka.
Con su habitual colorido y danza se abren paso entre la
multitud, acompañados por portadores de bengalas prendidas en las manos,
guiándoles hasta hacer la entrada espectacular en la plaza de Los Canarios o
del ayuntamiento. Con sus pequeñas luces colocadas en las crines y papeles de colores
les convierten en vistosos y atractivos con ojos grandes mirando asombrados al
gentío, que se arremolina en torno a ellos y configuran el singular desfile.
Arraigados a la finalidad de fomentar la divulgación
costumbrista han viajado a la Orotava (Tenerife) en la XXX Edición de la Feria
Regional de Artesanía de Pinolere. En otras ocasiones lo han hecho por el Día
de Canarias en Tenerife, Fuerteventura y Gran Canaria; Tenderete y Tazacorte
por el aniversario de los cien años de sus homónimos.
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