Entre nubes de algodón
se oye a un viejo tambor
que en un lejano rincón
llena el valle de ilusión.
Vestido ya está de blanco
porque la nieve cubrió,
y lleno de dulce encanto
un portal se iluminó.
Buenas noticias pregona
el redoble del tambor,
que con ese ronco acento
alegra al pobre pastor.
Un ángel sobre el portal
predice la Navidad,
y el corazón del pastor
nos transmite la beldad.
Sobre las Islas un cielo,
sobre el cielo hay una estrella,
sobre la estrella el anhelo
de amar al Dios verdadero.
Campanas sobre campanas,
en el hogar de un canario
celebran la Nochebuena
entre tomillo y romero.
Jesusito toca el timple,
la Virgen toca el pandero,
San José la pandereta
y el pastor tamborilero.
Bendito es ese portal
de unas Canarias unidas
bajo un cielo de unidad,
por un mar embellecidas.
San José por Tenerife,
la Virgen por Gran Canaria,
La Palma será la cuna
donde naciera el Mesías.
Las dos hermanas menores,
que son el Hierro y Gomera,
llevan quesadillas y miel
al Amor de los amores.
Formarían el paisaje
Fuerteventura dorada
y Lanzarote costera,
un marco de homenaje.
La octava, que es la Graciosa,
pediría su presencia
junto a las otras hermosas
las Islas Afortunadas.
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