Los votos deciden en las urnas electorales y así lo hicieron el domingo, 22 de mayo, pero quien lo hace en los pactos para gobernar los entes locales o regionales son los dirigentes de los partidos políticos, que presentan sus planchas cerradas y juegan con la dignidad de todos los votantes sin escrúpulos con el mayor desparpajo posible en busca del poder. Se reparten entre ellos por conveniencia la tarta y aquí no pasa nada. Somos los mejores campeones olímpicos de los sucesivos juegos democráticos cada cuatro años. Los calderos se colocan al fuego y después saborean el caldo recién pactado con alegría macarena. No concibo el antagonismo de ideas en algo muy serio y nada personal, como quienes no les importan en absoluto mientras consigan sus propósitos. No son manos inocentes, sino maliciosas que buscan o quieren sostener el brío del éxito, los que planean barajar el futuro estable de un pueblo.
El gobierno somos todos, te guste o no, con coherencia y responsabilidad de lucha y sacrificio. En cada cuatrienio celebrado aumenta en porcentaje la abstención, que supone unos cuantos miles de ciudadanos que no acuden a cumplir con su deber. Les sobrarán las razones para hacerlo y quedarse tranquilos, sin remordimiento y con derecho a emitir sus opiniones. Lo anterior nos sirva de reflexión para ahorrar los comentarios pocos juiciosos por el afán del sarcasmo. Subrayo lo importante que son ahora los acuerdos a los que lleguen CC, PSC-PSOE y PP para gobernar de manera estable en las instituciones públicas, que no hayan obtenido mayoría. Gustavo Le Bon (1841-1931) etnógrafo, arqueólogo, biólogo y sociólogo francés nos dice: “Gobernar es pactar; pactar no es ceder”. Nosotros no elegimos a los alcaldes sino a los concejales, ni, tampoco, al Presidente del Gobierno Autónomo y Cabildos sino a los parlamentarios y consejeros, ya que a los regidores lo designan ellos.
Puede ser que no compartamos la realidad, no lo niego, no se puede ocultar la evidencia. Sólo, pido más respeto a lo que dijeron las urnas en el día H. La cuestión de lealtad está en la voluntad de cada persona, que sin coacción expresa sus deseos manifestando quienes quieren que sean sus administradores en los bienes comunes del municipio, provincia, comunidad y país. Las verdades a medias son las mayores mentiras, igual sucede a la democracia cuando ninguna fuerza impone su soberanía.
¿Qué pasará a partir del kilómetro cero?, cuando se lleguen a las conclusiones bipartitas. El compás del tiempo o la cuenta atrás pondrá el acento en las sílabas tónicas y los puntos sobre las íes. Los convencimientos de unos y otros llenarán los espacios vacíos habidos. En efecto, si algo ha quedado claro es la madurez adquirida y la lección popular de la llamada de atención.
El resultado del final de la jornada es el decir ¡basta ya! No más, quédense con la certeza de que ese discurso no convenció a muchos de los incondicionales, que desean una acción y una gestión eficiente y honesta.
El resultado del final de la jornada es el decir ¡basta ya! No más, quédense con la certeza de que ese discurso no convenció a muchos de los incondicionales, que desean una acción y una gestión eficiente y honesta.
Las Canarias se hallan inmersas en un retroceso social y económico. La destrucción de empresas, elevado desempleo, las insuficientes soluciones al deterioro progresivo de los servicios, una Educación produciendo altas tasas de fracaso y abandono escolar, una Sanidad conflictiva, no aplicación legislativa correcta de la dependencia y deficiente implantación de las energías renovables son los puntos de mira primordiales para que la nueva etapa sea satisfactoria y que los administrados al final de la misma no se encuentren defraudados.
François Marie Arouet (1694-1778), conocido con el seudónimo de Voltaire, que fue escritor, historiador, filósofo y abogado compatriota del anterior, no sé si con cierta ironía, hizo famosa la frase: “Debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo”.
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