“El actual altar
mayor de la iglesia de El Salvador es producto de la reforma neoclásica que en
la Parroquia Matriz dirigió en la primera mitad del siglo XIX el beneficiado
Manuel Díaz (1774-1863).
La pieza principal
es el retablo, de lenguaje clásico y dimensiones monumentales de 12 metros de
altura por 5 metros y medio de ancho y realizado íntegramente en madera de
cedro, policromado y dorado compuesto por dos columnas adosadas a pilastras que
soportan el entablamento y cornisa; remata el conjunto el triángulo equilátero
trinitario, a cuyos lados se arrodillan sendos ángeles, esculpidos por el
imaginero Fernando Estévez (1788-1854).
El proyecto se
inicia en 1818 y finaliza en 1843 con el legado de Pérez Volcán. En los últimos
años, la historiografía artística ha interpretado en una segunda lectura esta
obra como un programa de resonancias masónicas, al coincidir muchos de los
elementos presentes en él con el imaginario y la simbología de la Orden del
Gran Arquitecto del Universo; entre otros, el sol y la luna, alusivos a la
Creación, y el triángulo equilátero como trasunto del Delta o triángulo
luminoso con el ojo al centro, símbolo de los tres poderes divinos:
Omnisciencia, Omnipresencia y Omnipotencia” (Díptico de la Conservación y Restauración Retablo Altar Mayor de la
Iglesia Matriz de El Salvador. Santa Cruz de La Palma. Cabildo Insular de La
Palma. Enero-abril 2012).
Una vez
finalizados los trabajos se procedió, el pasado jueves, 24 de mayo, a la
información detallada de los procesos e inconvenientes surgidos de una labor
meticulosa. En su primera observación se trazó un sometimiento de limpieza por
el polvo acumulado. También, se realizaron pequeñas catas y se consiguieron
retirar los repintes causados por la negligencia humana. Los ángeles estaban
pintados con cal blanca y el lienzo poseía gotas de pigmentos o pintura,
residuos, al no ser protegido cuando se hizo algo en sus alrededores.
La pérdida parcial
de cualquier zona y hendiduras, debido a agentes externos y de humedad, fueron
suplidos mediante reintegración usando el estuco y posterior película
cromática, que estaba en términos generales alterada y recubierta de una gruesa
capa de barniz muy oxidado, confiriéndole un tono oscuro. Se le retiraron los
clavos y para ello se utilizó agua destilada, algodón, bisturí y otro producto
inocuo disolvente.
En zonas puntuales
se dejaron algunos añadidos por no desentonar lo original del conjunto.
Curiosidades las hubo en varias ocasiones, encontrándose datos escritos de
anteriores intervenciones.
Está fabricado con
madera de muy buena factura. El soporte sigue estando estable y no presenta
ataque de insectos xilófagos. Su ejecución se realizó en el tiempo previsto.
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