Dornajo |
No quepa la menor
duda que juegan un papel primordial y funcional como cualquier otro situado en
lugares céntricos y concurridos. Son populares como aquellos, poseyendo un
cierto arraigo en la idiosincrasia pueblerina y del desarrollo socioeconómico
del barrio. Señeros en la historia, dando muestras del pasado y del transigir
del tiempo. La cercanía al mar, que da brío a los alisios atlánticos, y a las
cumbres cercanas, abruptas y próximas a Santa Cruz de La Palma, surge la forma
de suscitar un nuevo y diferente capítulo al estudio de su misión con respecto
a su arquitectura.
No deja de ser un
hueco desde el suelo de una habitación al exterior con barandilla saliente. Hay
tanta variedad, teniendo en cuenta su estilo y belleza, que forman un abanico
de una selecta amalgama de vistosidad y una satisfacción de espacio atado a
lazos de observación, romanticismo, espera, sentimientos y sensualidad.
Calle Cabrera Pinto 46 |
Puede no sobresalir del plano del muro o
pared, sino que es una superficie libre de un piso alto con una balaustrada,
sólo en el frente y sirve de alternativa, y paredes en los lados. Usualmente el
acceso se logra mediante una apertura. En él se distingue lo tradicional por su
estructura de madera con laborioso trabajo a lo largo, ancho y alto del mismo.
El torneado y entrelazado de sus elementos nos conllevan a una edad pretérita
en el uso de material en comparación a los actuales o más recientes.
Calle Sacerdote Juan D. Pérez Álvarez, 7 |
En las últimas
décadas hemos asistido en Canarias, concretamente en La Palma, a un
extraordinario auge de actividades relacionadas con la recuperación, la
investigación histórica y la divulgación de las imágenes de sitios singulares
donde abundan con determinado porte de austeridad y personalidad indiscutible,
única pregonera de nuestro terruño. Producen una renovación de las maneras de
ver y pensar como parte del patrimonio histórico, aunque tropiezan aún con una
serie de limitaciones de carácter coyuntural que, de no mejorarse, podrían
llegar a afectar a la preservación de nuestro legado municipal. En este sentido
convendría señalar dos importantes lagunas en este apartado: por un lado, la
falta de una adecuada subvención estatal con trato especial, que sirva de marco
para la protección real y por otro la carencia de un organismo especializado de
carácter público capaz de potenciar una política coordinada y sistemática de
localización, catalogación, conservación y seguimiento.
Evaluando su verdadera
riqueza y distintas construcciones nos encontramos desde un simple balcón hasta
una sorprendente obra detallista con abolengo.
Calle El Tanquito, 11 |
Aparecen desde los
primeros años tras la conquista de la Isla y fundación de la capital. Presente
en todo tipo de viviendas. El canario tiene influencias de los que existen en
la península, el romano y árabe. Tras su aparición surgen diversas variantes
que le dan cierto talante, marcando un comportamiento con una estampa usual en
el desenvolvimiento ciudadano, acentuando el nivel de vida y otros datos
relevantes. Su función no sólo es para mejorar la ventilación de la casa y para
propiciar sombra, sino que se trata de un símbolo de ostentación del propietario.
Se suelen colocar en la fachada sobre la portada de entrada y, en ocasiones,
está decorado con diferentes molduras.
Ermita de San Telmo |
Los hay de
balaustres torneados o planos en el antepecho, celosía, antepecho cerrado,
listones cruzados y los cubiertos por cristales. El material empleado en su
hechura es la madera o, también, el metal forjado con un sinfín de filigranas,
que forman grandes obras maestras dignas de contemplar y admirar con los
mejores elogios. Después de lo expuesto quisiera puntualizar que,
personalmente, distingo el de “balcón corredor” utilizado para comunicar varias
habitaciones a través de él por mediación de ventanas y puertas y el de “balcón
mirador”, como sitio de observación, encima de alguna atalaya o risco, aunque se
suele asignarle otra función determinada. Así es el caso en la ermita de San
Telmo con doble misión de tocar las campanas de la espadaña y de ver el tráfago
en el puerto y sus aledaños.
Placeta de Borrero |
Se adornan,
generalmente, con flores y plantas colocadas en grandes macetones de manera
simétrica, con un toque de maestría por parte de sus moradores, junto a una
arquitectura valiosa, antigua y moderna, que muestran una ciudad con un
presente próspero y un futuro prometedor. Elegantes y con indefinida coquetería
alegran y comunican ciertos destellos de compartir lo mejor del medio. En
determinadas fiestas, Lustral, romerías y Navidad, se hermosean con cestería,
frutos, ropas típicas o propias de celebraciones ancestrales, banderas,
mantillas, flor de pascua, bombillas de colores, estrellas, papá Noel, Reyes
Magos u otros motivos, indicando la fecha efímera.
Interesante el reportaje documental acompañado de fotografía de un elemento arquitectónico tradicional de nuestra ciudad como son los balcones. Éstos han pervivido a través del tiempo en zonas y barrios de la ciudad como una reliquia del pasado e influencia de otros siglos y modas venidas de fuera. Estos documentos nos sirven a todos para despertar nuestros sentidos, observar y valorar nuestro patrimonio que de forma indiferente pasa desapercibido por el paso del tiempo y lo cotidiano de nuestra convivencia.
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