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domingo, 28 de diciembre de 2014

LOS TRAMPANTOJOS EN LA PARROQUIA DE EL SALVADOR

Altar Mayor. Tabernáculo
                              Es amplio para tratar de resumirlo en pocas líneas. El término trampantojo, en francés trompe-l´oeil, aplicado a la pintura o a un detalle de ella es un engaño o trampa haciendo ver lo que no es, simplemente una ilusión, engañando al espectador, aunque sea momentáneamente, de modo que crea observar un objeto real, más que una representación bidimensional del mismo. En cualquier tipo de efecto visual pictórico se utiliza con cierta habilidad artística.
                              Esas exhibiciones de virtuosismo tienen una intención humorística y por las anécdotas plásticas casi milagrosas hechas por algunos de los famosos pintores del pasado, sabemos que asombraron a sus contemporáneos. Es propio de la era clásica, Grecia, en la que se ha cultivado el naturalismo y en el Renacimiento italiano.
Nave Central. Altar Mayor
                              Consiste en desvirtuar la vista, jugando con el contorno arquitectónico real o ficticio; perspectiva; sombreado y otros efectos ópticos, consiguiendo una “realidad intensificada” o “sustitución de la realidad”. Suelen ser murales, frescos, de acentuado realismo, diseñados para ser mirados desde un determinado punto de fuga, provocando la sensación cognoscitiva de que el fondo se prolonga más allá de la superficie plana, muro o techo, que lo sustenta. Su clasificación en interiores y exteriores se nutren de referencias distintas en formas y tamaños asimilados de la vida cotidiana o común en el medio urbano. En los primeros encontramos muebles, huecos asimétricos, simetría en las aperturas de accesos a habitáculos o de potencial lumínico… y, en los segundos, se aprovechan grandes superficies entre paredes medianeras o entre vanos.
Altar Mayor. Detalle
                              Hasta el medioevo, siglo XV, se ignoró la proyección cónica y la tercera dimensión de las imágenes, concibiéndose de forma ingenua y primitivista, aunque en el gótico se fue experimentando la búsqueda de realismo. La naturaleza muerta o bodegones formaron un gran bagaje en el XVII y XVIII, plenitud del barroco. En la actualidad se destaca la pléyade de los surrealistas e hiperrealistas. No olvidemos la arquitectura, fotografía y cine.
Presbiterio. Detalle
       Nos centramos en la Parroquia Matriz de El Salvador de Santa Cruz de La Palma, siendo un prodigio tenerlos para disfrutar de su presencia y porque es un espacio sagrado rico de ellos. Comenzamos por el presbiterio, mirando al altar mayor con asombrosa perplejidad. A ambos lados del cuadro de la Transfiguración, lienzo adosado a una tabla posterior, autoría del sevillano Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina (1806-1857), hallamos unas columnas de madera imitando a mármol, así como en los altares laterales y colaterales, de diferentes tonalidades. El águila y ángel en suspensión súbita sosteniendo pergaminos con inscripciones evangélicas, (Santos Juan y Mateo), y encerrando el conjunto un arco, peculiar estructura, de las grandes apoteosis. La bóveda, pintada por el madrileño Ubaldo Bordanova Moreno (1866-1909), alude a una explosión de júbilo celestial desde una terraza de gloria con figuras patriarcales asomadas a barandas balaustradas en actitud de comunicación y con cualidades excesivamente sobrenaturales. En una de ellas sobresale el pie apoyado. En el sitio de la sacristía hay un medallón o trampilla, lo mismo en los demás huecos existentes, y una ventana simulada.
Capilla lateral. Detalle
                              Hacia la izquierda de las naves existe una puerta a un lado de la iconografía del Señor del Perdón, que no es auténtica y las gradas de mosaicos negros y blancos, semejante al tablero de un damero, nos confunden con los de las tarimas de carpintería de uno y otro extremo. El coro, bellamente jaspeado, y, posiblemente, los últimos fustes centrales, de color rojo, están disimulados, porque los demás son de naturaleza pétrea distinta. Las cortinas de telas embelleciendo el sitio apropiado, llenos del esplendor concebido por sus artífices, amantes de la transformación en armonía del estilo impuesto por los cánones neoclásicos.
Balcón exterior. 
                              Nos dirigimos, a través de la plaza de España, a la calle Pérez de Brito y nos colocamos frente al balcón, que constituye una pieza singular con detalles canarios. Nuestra mirada se pierde en la composición del rincón, compuesto por la vieja construcción patrimonial. Conjuga el éxtasis de la contemplación y el deleite espiritual de formas geométricas de cómplices matices cromáticos, que nos oculta un acertijo sensacional, difícil de resolver a simple vista por el ignorante ojo humano. El no hallarnos vencido por un fenómeno no usual sería una gran satisfacción. Con lo comentado se demuestra la habilidad de excelentes maestros en el arte.

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