Jamás me imaginé que la vieja ermita de San José en Breña
Baja reabriera sus puertas para el culto y mostrara el esplendor de antaño. Lo
hizo en la víspera de la onomástica del santo Patriarca del presente año. Un
pasado olvidado por el tiempo y que es digno traerlo a la luz de la memoria
histórica, que se ha hecho longevo. Espacio castigado por tragedias naturales,
que ha permanecido fiel a su acervo patrimonial, cultural y social muy bien guardado
en su interior sacro.
Se ignora la fecha de su fundación. Ha sufrido algunas
reformas y mejoras estructurales por avatares sucesivos como las influencias
externas meteorológicas, humedades de paredes y mantenimiento de las cubiertas.
En la actualidad conforma un bello lugar urbano ante las miradas atónitas de
los viandantes, que en muchos de ellos es enriquecedora por los acontecimientos
sociales cívico-religiosos de bodas, bautizos, celebraciones y exequias habidas
en su actividad parroquial.
Antiguo templo. Detalle |
La primera edificación data del XVI. En 1548 los vecinos del,
entonces, barrio de Breña de Abajo obtienen permiso de fabricar bajo la
advocación del santo Patrón por causa de su distancia a San Pedro, que hacía
dificultoso el cumplimiento de los deberes dominicales.
Pasado los años se concretó la separación de ambos municipios
y, así, se convirtieron en los
respectivos ayuntamientos. Un capellán oficiaba en el recinto sagrado los
domingos y fiestas, pagándosele el estipendio concertado. En 1637 estando de
visita pastoral el arzobispo de Taranto y obispo de la diócesis, Francisco
Sánchez de Villanueva y Vega, se erigió en iglesia parroquial con un cura al
frente de la misma, nombrándose como primer párroco al licenciado Francisco
Arias Benavides. Posteriormente se creó la cofradía del Santísimo, obligándose
a suplir el aceite que se consumiese.
Retablo Mayor |
La primitiva construcción fue demolida por sus malas
condiciones de sostenimiento y conservación. Después se comenzó a levantar la
actual a partir de 1614. En la centuria siguiente, 1716, se fabricó la capilla
del Rosario que desató cierta polémica por su terminación antes del invierno
siguiente, única de dicho templo, siendo sacerdote Juan Nicolás de Ortega. “Se
presentó un memorial de los vecinos de Breña Baja pidiendo cien ducados de su
Pósito para fabricar una capilla en dicha Parroquia (la del Rosario). Se acordó
darles mil reales para la obra de dicha Capilla con la obligación de que cuando
el Cabildo pida dicha cantidad se han de obligar a devolverla al Pósito. Así se
hizo por escritura de 22 de agosto de 1715” (*).
Sin pasar a otro
apartado, destacamos el litigio entre los respectivos reverendos de esta
jurisdicción eclesial, Gaspar Rivero, y Villa de Mazo, Jacinto Martínez
Puntallana, ocurrido el 12 de noviembre de 1699, sobre límites de feligresía
del Mocanal. Dicho proceso lo siguió el titular Juan de Santiago, durando hasta
mayo de 1701, cuya sentencia fue a favor del beneficiado de San Blas (*).
Interior del templo. Detalle |
En 1865 se construye su órgano principal en Santa Cruz de La
Palma, aún conservado, por el fabricante de estos artilugios artísticos
musicales y relojero Manuel Henríquez Pestana (1824-1906).
No se puede acabar sin felicitar a los promotores de tan
admirable propósito de realzar y concluir una petición solicitada por todo un pueblo.
A mi amigo Gustavo Adolfo Fernández González agradecerle la estupenda
descripción de la vida y aconteceres, que nunca se olvidan y que, siempre, se
viven como si fuera hoy, habiéndolos magníficamente plasmado en su obra
titulada “Parroquia de San José Breña Baja”. 2003.
(*) NOTICIAS PARA LA HISTORIA DE LA PALMA. Juan Bautista Lorenzo Rodríguez
(1841-1908). Tomo I (3ª edición) y II. Cabildo Insular de La Palma. 2010 y
1997, respectivamente.
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