Es un punto y aparte la existencia de las puertas como
elementos decorativos en la arquitectura doméstica del entorno urbano. Lo
primero sería describirla como una frontera de protección en la intimidad de la
vivienda. Es verdad y esencial las pretensiones perversas de los intrusos, que
desean romper una armonía y derecho a sobre guardar las pertenencias familiares
y personales de sus moradores. Las intenciones del presente trabajo
periodístico es redactar lo artístico y variopinto de muchas de ellas.
Es una forma simple y usual de cerrar un espacio limitado por
unas paredes o muros en algunos casos. Muchas de ellas se fabrican con tablones
de madera cepillados cuidadosamente, mediante maquinarias eléctricas. Su
deterioro depende de la calidad del material y conservación del mismo, que por
el paso del tiempo envejece notablemente. Su finalidad va en común acuerdo de
utilizarlas en un medio ciudadano o rural.
La fascinación en los cuarterones, elementos variables en la
formación del cuerpo, bellas obras de maestros carpinteros y ebanistas, nos
enriquece con su genio artístico. Despierta la curiosidad de los propietarios
por hermosear el pórtico o fachada principal del domicilio privado o sedes
públicas, convirtiéndose en un sello de identidad nobiliaria con señas de
reminiscencia histórica.
Se pueden convertir en patrimonio y legado de la cultura
canaria y, por supuesto, española. Nos conducen a hacer referencia a un arte,
que no exigía cantidad, sino equilibrio y calidad de la materia prima con la
sencillez en su elaboración.
Es algo para la reflexión y el reconocimiento a grandes
maestros, artífices de una labor encomiable, tantas veces desapercibida.
Conforma una ilusión óptica e intelectual como signos, deseos, formas, motivos…
reflejados en la constelación del Zodiaco, fauna, flora, figuras geométricas en
distintas dimensiones, simétricas y poligonales. Abundando los rosetones en
bajo relieve y fortalecidos con accesorios de cerrajería, que sirven de adornos
y dan una visión admirable.
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