Carita de nazareno,
alma blanca de María,
suspira al cielo mi niño
Con capirote morado
un manto aterciopelado
marcha delante del Cristo
un corazón afligido.
Bella estampa primaveral
en la gran Semana Santa,
entre acordes y cornetas
al son de roncos tambores
camina con pasos firmes,
porta naveta e incensario,
un cofrade nazareno.
Cuando yo sea mayor, Señor,
te cargaré en mis hombros
ayudando a llevar tu cruz
por el amor que nos tienes.
A tu Madre, Virgen mía,
quisiera calmar sus penas
con un pañuelo de seda
bordado con hilo de oro
humedecido de lágrimas,
lágrimas de penitente.
A mi quinto nieto, Domingo Jesús, con todo cariño por ser un cofrade ejemplar acompañando a su Señor, Jesús el Nazareno.
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