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domingo, 6 de octubre de 2019

UNA MIRADA A LA SEÑERA INSTITUCIÓN LA COSMOLÓGICA

Fachada principal de La Cosmológica. Calle Vandewalle
                              Es posible que al mirar algo no conozcamos su pasado, no veamos el detalle, no hayamos elegido la mejor perspectiva. Con esto hemos querido ayudar a comprender mejor, según nuestro propósito de conocer la Historia para entender con profundidad lo necesario de hacer una mirada a la señera Real Sociedad la Cosmológica de Santa Cruz de La Palma.
                              Sin más demora, en la antigua alhóndiga, pósito o casa panera, adquirida para tal fin por el Concejo en 1646, una vez cumplida su misión, se instaló y acrecentó a la sombra de un círculo de intelectuales, inquietos por la cultura y el bienestar de las ciencias y letras.
Escudo. Detalle
                              Sabido es que aún hoy tiene en dicho sitio la sede, entre las calles Van de Walle y San Sebastián, llevando el honorífico título de Real, otorgado por el exregente Juan Carlos I en medio de la celebración de la Bajada de la Virgen Nuestra Señora de Las Nieves de 2010, Patrona de La Palma, para aumentar su propio prestigio. Fue fundada en 1881 con el objetivo de propagar el saber de la naturaleza en todas sus facetas. Varios fueron los directores y la selecta minoría, amante de la cultura, que había propiciado la existencia de esta y su desarrollo, interesada en suplir las carencias en puntos concretos, que los organismos públicos no habían cubierto, suscitando la creación de una biblioteca privada, constituida en 1909, situada en la planta baja.
Biblioteca Cervantes
                              La Biblioteca Cervantes fundada con ocasión del Centenario de la publicación de El Quijote, cuyo autor Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), Príncipe de las Letras e Ingenio de la Literatura Universal, Siglo de Oro español, le dio su nombre. Supera, según cálculos aproximados, los veinticinco mil volúmenes y presta un eficaz servicio de lectura, siendo puesto el de archivo y hemeroteca en Baltasar Martín. Para disponer de un suficiente contingente de libros y documentos, que constituyen un valioso y rico potencial, los afiliados los donaban desinteresadamente, teniendo en cuenta los del Marqués de Guisla y Ghiselín y aquellos otros procedentes de los conventos desamortizados por la Ley de Mendizábal de 1836, Juan de Dios Álvarez Mendizábal (1790-1853), que estuviese a disposición de la ciudadanía.
                              Es centenaria y más relevante en los anales científicos palmeros. En su seno se reunieron médicos, botánicos, humanistas e investigadores. Además, de su primitiva colección de ejemplares museísticos expuestos en la parte alta del inmueble, que se accede por una amplia y central escalera, y de sus primeros intentos de acoplar el patrimonio arqueológico del mundo benahoarita, ha rescatado escudos y monedas antiguas.
Gloria a Las Letras
                              La apertura oficial del Museo tuvo lugar el 23 de enero de 1887, habiendo estado su ubicación en la calle La Cuna, nº 14, actualmente Díaz Pimienta, en unos locales cedidos por la homónima Económica de Amigos del País. Al acto inaugural asistieron, aparte de la directiva y socios de la misma, los personajes más representativos de la sociedad local de aquel entonces, destacando entre ellos, por su trascendencia posterior, las figuras de Juan Bautista Lorenzo Rodríguez (1841-1908), Antonio Rodríguez López (1836-1901) y Elías Santos Abreu (1856-1937). Desde la década de los años 70, el contenido del mismo, fue cedido al Cabildo para ser expuesto, durante un tiempo indefinido, en la casa habitación del Real Castillo de Santa Catalina hasta que en 1983, definitivamente, se encuentra en un ala lateral, segunda planta, del Patio de los Naranjos, perteneciente al cenobio franciscano de la Inmaculada Concepción, Museo Insular.
Fondos del Museo natural
                              Los primeros fondos con que contó el ente procedía de aportaciones de los componentes, por una parte, desde Costa Rica lo hizo Valeriano Fernández Ferraz (1831-1925) y de la isla fueron las contribuciones resultantes del creciente interés por las excavaciones de cuevas aborígenes, así como de las compras o adquisiciones.
                              Por último, señalamos las muchas dificultades sucedidas al transcurrir el tiempo, por la ausencia de corrientes innovadoras y la Guerra Civil Española (1936/39) y sus consecuencias subsiguientes como cierre de salas, persecución de algunos miembros, acusados de masones…, hace que, constantemente, recurra al Ayuntamiento capitalino por ayudas para afrontar los gastos de mantenimiento, que requieren sus dependencias y personal laboral, que se agrava por las estrecheces materiales con el inconmensurable aumento de medios literarios.

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