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domingo, 2 de noviembre de 2025

UN TULIPÁN AMARILLO

A mis hijos y familia

    

   Tres años no son nada, ni veinte tampoco

vi aquellos tulipanes amarillos

que resplandecieron en mi memoria,

fue como un discurso,

brillando como estrellas en el cielo

oscuro e inmenso y… profundo

imaginando cosas y más cosas,

figuras humanas difuminadas en el espacio

sideral en carros de luces tirados por centauros

con alas abiertas hacia un mundo lleno de ilusiones

de bellas páginas como mariposas de colores,

quien nos iba a decir que aquí, en el centro

de la vida que tanto ambicionara

íbamos a tener por compañía

un tulipán amarillo.

   Creo que la lluvia es amiga por ternura y silencio,

porque la siento caer en mi frente eternamente

y resbalar por las mejillas hasta mis labios

con los que beso el tulipán amarillo.

   Sin asustar el canto de los pájaros,

sin desgarrar las hojas de los árboles

se vierte como tantas otras veces

la hemos visto caer ruidosamente, pero más pura.

   El otoño se acerca, poco a poco, callado a dos pasos

entre el verano y el invierno, caluroso y tenebroso,

las miradas se aglutinan detrás de la ventana

que miran al geométrico jardín hermoso,

que en medio de las rosas candorosas

se halla aquel celoso tulipán amarillo.

   Me balanceo con dulces pensamientos

que con las manos temblorosas lo recojo

y con los desnudos remos de mis brazos

lo abrazo a mi vida con aliento.

   La tierra mojada sin más huele

a hojarascas caídas y a troncos tumbados

en el suelo húmedo del tiempo pasado,

a soledad sin término, inacabada,

concebida en mi mente como un ramillete

de rosas blancas y rojas enamoradas

y en la cúspide ese tulipán amarillo.

   Yo no lo llamaría amor, lo dejo sin nombre

el tiempo y la memoria que de ti guardo

los momentos a sola que hemos pasado.

   Sería la primavera que con los ojos cerrados

los árboles iban creciendo sin mirar a los lados

infinitos de un polígono sin vértices y aristas,

que abraza al tulipán amarillo.

   Tras de los cristales la mirada acecha

en triste sol de otoño

te da la bienvenida, triste ofrenda,

cuerpos desnudos, atropellada melancolía,

flores marchitadas en suave agonía.

   ¿Ha sido todo un sueño? Vuelve la esperanza.

   Comunica el mensaje que se ha marchado

para siempre el añorado y deseado tulipán amarillo.

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