al resplandor de
una Estrella,
meciendo mis
ilusiones
Esmeraldas y rubíes,
perlas, cantos y
oraciones,
ángeles y
querubines
se postran ante
María.
Las nubes abren su espíritu
con triunfante
melodía,
al son de gritos de
lucha
caerá vencido el
infiel.
La media luna se rinde
a la cruz de los
cristianos
y a la Madre del
Rosario,
Reina del cielo y
la tierra.
Todos juntos proclamamos
con devoción y
alegría,
¡Viva la Virgen,
Señora,
que es un tesoro
celestial!
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