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Villa y Puerto de Tazacorte |
El 29 de septiembre de 1492 arriban a las costas de la Villa
y Puerto de Tazacorte dos navíos y una fragata de transporte con novecientos
hombres entre canarios y europeos. La expedición con afán de anexionar las
nuevas tierras a la Corona castellana pisan las oscuras arenas de blancas
espumas en el suelo de Benahoare.
El rey Tazo sucumbe en la defensa y se somete a las
condiciones impuestas de rendición a los extranjeros. Entre otras cosas los
guanches o prehispánicos se hallaban en plena cultura neolítica, desconociendo
los metales y se cubrían de pieles con collares de conchas de moluscos, que
componían en general la fuente de su alimentación. Su hábitat consistía en formar
reducidos asentamientos en cuevas naturales o cabañas cubiertas de vegetales,
utilizando lanzas de madera para distintos usos.
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Parroquia del Arcángel San Miguel |
Referente a lo ocurrido citamos lo escrito por Fray Frutuoso:
“Ganado este lugar de Tazacorte llamado antes corte del rey Tazo, ya sea por el
nombre del rey ya por hechura del lugar, o ambas cosas, los españoles le dieron
el nombre que tiene”. Inmediatamente se alza una ermita, primera construcción
religiosa, en honor al Arcángel San Miguel, que será parroquia en 1922. Tres
años después, 1925, se segregó de Los Llanos de Aridane, constituyéndose en el
ayuntamiento más joven de La Palma, habiendo sido solicitado desde 1898.
Pertenecía en la división territorial prehispánica a Aridane (Mayantigo), con
los actuales municipios de Los Llanos y El Paso.
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Beato Ignacio de Azevedo |
Sus Altezas Los Reyes Católicos, título otorgado por el pp.
Alejandro VI (1431-1503), Roderic de Borja (Rodrigo Borgia), mediante la bula
“Si convenit”, 19 de diciembre de 1496, Fernando II de Aragón y V de Castilla
(1452-1516) e Isabel I de Castilla (1451-1504), por su real cédula expedida en
Burgos, 15 de noviembre de 1496, dieron poder al Adelantado Alonso Fernández de
Lugo (1456-1525) para repartir entre los conquistadores y pobladores las
tierras, montes y aguas, y, por virtud de esa facultad, dio a su sobrino Juan
Fernández de Lugo Señorino, Teniente de Gobernador de la Isla, que le acompañó
en la contienda, el valle que había empezado a cultivar, poseyendo un ingenio
para azúcar, casas… con sus dominios y agua desde la Caldera de Taburiente
hasta la mar y puerto, segundo de ámbito marítimo isleño, según escritura, 8 de
julio de 1502, otorgada ante el escribano público, Fernández de Gálvez.
Confirma, por razones diversas, ser un pueblo agrícola,
extrovertido y vitalista, posiblemente, el más cálido de corazón y de clima.
Conserva en su territorio urbanístico bellas mansiones señoriales repletas de
historia y otras edificaciones de especiales características arquitectónicas.
Los templos, parroquial y de Nuestra Señora de Las Angustias, a través del
tiempo, han tenido importantes modificaciones
y están relacionados con los Mártires. En el primero se hallan las
reliquias de estos mismos.
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Casa de los santos Mártires |
El Beato Ignacio de Azevedo de Athayde Abreu e Malafaia S.I.
(1526-1570), artífice por la senda del martirio, procesó un hecho único y
glorioso en la dilatada trayectoria de la Iglesia católica. San Francisco de
Borja y Aragón (1510-1572), en 1565, le confió la inspección de las Misiones de
las Indias y del Brasil, que le supuso casi tres años de trabajo. En su informe
pidió recursos humanos, que con autorización reclutó voluntarios en Portugal y
España. Pasado cinco meses de intensos preparativos en la Quinta del Valle do
Rosal, Charneca de Caparica, partió con 39 más, 5 de junio de 1570, a bordo del
navío mercante “Santiago”, como simples pasajeros, y al mando del capitán Luis
Vasconselo. 32 eran portugueses y 8 españoles de entre 20 y 30 años, habiendo
dos sacerdotes, un diácono, 23 estudiantes y 14 hermanos. La expedición estaba
compuesta por 86 personas de las que 70 eran jesuitas y el resto seglares. La
singladura se hizo desde Lisboa en tres embarcaciones hacia las tierras
americanas, haciendo escala en Madeira la mencionada anteriormente dirigió su
proa a esta Isla, al frente de Azevedo, para transportar mercancía hasta el
puerto principal palmense, y pensando en el posible ataque de los corsarios
calvinistas solicitó la sustitución de cuatro, que abandonaron.
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Premonición del martirio |
Por causas desfavorables a una navegación segura se refugian
en el pueblo bagañete en donde la amistad con la familia Monteverde es
perdurable y proteccionista. Hospedándose con los demás en la casa de Melchor
de Monteverde y Pruz, hijo de Jácome de Monteverde y de su esposa Margarita de
Pruz, fallecido en Sevilla antes de 1541, dueño de la hacienda e ingenio de
dicho sitio, con quién se había criado en Oporto. Suposiciones infundadas
afirman la intención de saludar a su referido amigo, heredero y beneficiario,
que en prueba de su amistad y agradecimiento, le regaló varias santas
reliquias, que había recibido en Roma de su santidad Pío V, las que fueron
depositadas en la ermita del Arcángel y las Angustias. Tras una breve estancia se integraron con los
vecinos del lugar.
Según cuenta la tradición, a través de los siglos, celebrando
misa en la víspera de su marcha, 13 de julio de 1570, y en el recinto principal,
el Padre Ignacio, al sumir la sangre del Señor Jesucristo recibió la revelación
divina del hecho sangriento. Fue tan grande su impresión que con sus incisivos
melló el borde del cáliz, denominado de la premonición, y que hoy se custodia
en la sede provincial de la Orden de San Ignacio de Loyola (1491-1556), en Las
Palmas de Gran Canaria. Por su interés mencionamos la descripción de Juan
Bautista Lorenzo Rodríguez (1841-1908), exalcalde constitucional y Cronista
Oficial de la ciudad de Santa Cruz de La Palma: “En un sagrario muy decente se
guardaban, con mucha veneración, el cáliz y patena, regalo de san Pío V, con
que habían dicho la misa, el cual conservaba una confusa melladura hecha con
los dientes incisivos, al tiempo de sumir el sanguis, atribuyéndose entonces
este hecho a la revelación que en aquel momento había tenido dicho padre de que
iba a padecer el martirio” (*).
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Escenificación del martirio |
Llegado el momento, día 14, zarpó hacia la ciudad capital, desde
donde pensaba retomar su destino final, rodeando la ruta meridional. Cerca,
aún, de donde partían, al amanecer del 15, fueron abordados por el pirata
hugonote, Jacque Sourie, frente a la Punta Sur, siendo apuñalados, decapitados
y lanzados vivos a las frías y azules aguas del océano Atlántico, mientras él, cabeza
y representante de los demás, los exhortaba abrazando una pequeña imagen de la
Virgen, obsequiada por Antonio Michele Ghislieri (1504-1572), pp. Pío V. Su cuerpo fue atravesado de tres
lanzadas, cayendo exánime en los brazos de su compañero Diego de Andrade. Dicha
escena ha sido inmortalizada por un famoso pintor francés, Jacques Courtois
(1621-1676), conocido por el Borgoñón, con sus pinceles. El pp. Gregorio XV (1554-1623), Alessandro Ludovisi, en 1623,
y Próspero Lorenzo Lambertini (1675-1758), pp. Benedicto XIV, en 1742, los
reconocieron como martirizados. Beatificados el 11 de mayo de 1854,
Pentecostés, por el pp. Pío IX (Nono), Giovanni María Giambattista Pietro
Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti (1792-1878), y en la localidad sureña su
festividad se celebra el 15 de julio, aunque en
otros lugares lo es el 17. La compañía de Jesús lo hace unidos a otros,
que recibieran el mismo tributo, el 19 de enero, como del Brasil.
El Cabildo Insular de La Palma en homenaje a ellos, 1999,
sumergieron cuarenta cruces de hormigón a 20 metros de profundidad en la
situación de latitud norte 28º-27´-178´´
y longitud oeste 17º-58´-748´´, grados (º)-minutos (´) y segundos (´´), su
fidelidad depende de ser datos recogidos de información publicada en edición
digital, considerando la exactitud en donde ocurrió el drástico suceso, entre
la Punta de Malpica o Malpique y la del pueblo de fuencalenteros, conocida por
Boca Fornalla o Cueva de las Palomas.
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Martirio a bordo del Santiago. Pintura |
Se ha encontrado un acta del Cabildo, 28 de julio de 1570, en
la que se habla de este suceso y que transcribo: “Guillén Lugo de Casaos dijo:
Que ya es notorio a los señores justicia y regidores como en la isla de La
Gomera todas las armadas de corsarios que pasan por estas islas se recogen en aquel
puerto y saltan en tierra y tratan y contratan de las cosas que tienen
necesidad sin que sean resistidos por no haber en dicha isla ningún género de
defensa, ni los naturales de ella la […] y de esto se sigue los corsarios
están en paraje para ofender a las
flotas que van de Castilla a las Indias y a otros navíos de Castilla y
Portugal, tomándolos y robándolos así a estos como a otros navíos que andan
entre estas islas al trato de ellas; y de 15 días a esta parte un corsario que
ha por nombre el capitán Curi habiendo hecho muchas presas en la corte de
Galicia y Portugal, estando sobre la dicha isla de La Gomera tomó una nao
grande que el serenísimo rey de Portugal enviaba a Brasil con 40 religiosos de
la Compañía de Jesús, a los cuales, y a todos los que venían en dicha nao, los
pasaron a cuchillo con gran crueldad; y con todas las presas y robos que
hicieron se fueron a la dicha isla de La Gomera, donde se han estado reparando
para hacer mayores daños, de lo que se siguen grandes inconvenientes; porque
demás de ser herejes luteranos, hallar puerto y bastimentos, les hace parar en
estas islas con gran riesgo de los que pasan a las Indias y navegan en estas
partes y aunque de las m(i)esmas islas de ser saqueadas y robadas, lo cual no
se ha remediado hasta a(h)gora, porque no se ha dado de ello noticia a Su Ma(j)gestad
ni a los señores de su Consejo de Guerra” (*).
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Tela apaisada. Parroquia de Tazacorte |
Tan solo se le había perdonado la vida al hermano cocinero,
sobrino del capitán del bajel, pero este decide con el hábito puesto obtener la
gracia divina y ser degollado. También, es curiosa la visión, antes de salir de
la localidad de Plasencia, que tuvo el vizcaíno Esteban de Zudaire, dándole a
conocer a su confesor, José Acosta, que: “partía alegre y contento por tener la
certeza de alcanzar el martirio”. No menos interesante es la que tuvo Teresa de
Cepeda y Ahumada (1515-1582), Santa Teresa de Jesús o, simplemente, Teresa de
Ávila, por haber participado el mismo día de los hechos con la oración de la
gloria obtenida por aquel invicto escuadrón de valientes misioneros, que
contaba con un sobrino suyo, Francisco Pérez Godoy, asegurando a su
interlocutor, Baltasar Álvarez, en la sagrada tarea de la confesión que había
visto entrar en el cielo a los mismos vestidos de estrellas y con palmas
victoriosas.
De una u otra manera, lo ocurrido realmente fue inmortalizado
en cuatro lienzos del siglo XVIII, aunque el primero de ellos se perdió por
motivos desconocidos. Estuvo colocado en la parroquia Matriz de El Salvador,
sirviendo de emulación a los posteriores, según Julián Escribano Garrido (**). En ellos destacan a Acevedo con el cuadro de la
Virgen sujetándolo con sus manos y en el eje central de la escena con rigurosas
vestimentas negras habitual de los consagrados a la obediencia del santo
guipuzcoano. Ambos llevan grabado los atributos propios sobre las cabezas de
figuras erguidas y repartidas simétricamente para darle más sobriedad e interés
a la leyenda de la parte inferior de las telas, que relata el suceso con
diferente amplitud y semejantes de contenidos descriptivos.
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Homenaje submarino |
a) Parroquia Matriz de El Salvador. Santa
Cruz de La Palma: Se halla actualmente en el presbiterio, lado de la
Epístola, junto al altar mayor. Pintura atribuida a Juan Manuel de Silva
Vizcaíno (1687-1751). Lienzo apaisado (104x75 cm) e inventariado el 15 de enero
de 1719. En él se pintan ocho aludidos con un semblante risueño.
Leyenda: El venerable padre Ignacio de Acevedo con treinta y nueve compañeros de
la Compañía de Jesús fue martirizado el día 15 de julio por los herejes, en el
mar a vista de Tazacorte. Año de 1570.
b) Museo Diocesano de Arte Sacro de
la catedral de Santa Ana. Las Palmas de Gran Canaria: Anónimo. Óleo sobre
lienzo (217x136 cm). Más nutrido en personajes, doce en total, con caras más
tristes que el anterior. En los extremos superiores se representan a dos
ángeles portando coronas. Posee casi la misma inscripción que el anterior, con
alguna variante.
Leyenda: El venerable padre Ignacio de Acevedo con treinta y nueve compañeros de
la Compañía de Jesús fue martirizado por los hugonotes en 1570 a 15 de julio, a
vista de Tazacorte en la Isla de La Palma.
c) Parroquia de San Miguel.
Tazacorte: Cuenta con el mismo número de mártires y con medidas parecidas
al de la ciudad capitalina. Su iconografía se asemeja a un acto de resignación
y esperanza de conseguir un triunfo inesperado, con sendas aureolas sobre cada
uno de ellos, indicando su posterior proclamación.
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Arcón con reliquias de los mártires |
Leyenda: Habiendo salido el padre fray Ignacio de Acevedo con treinta y nueve
compañeros a predicar la fe y padecer martirio por ella llegaron a este lugar
de Tazacorte y habiendo saltado en tierra y dicho misa el padre fray Ignacio y
dado la sagrada eucaristía a sus compañeros volvieron a embarcar y enfrente de
la punta de [deteriorado-vacío] navío de franceses hugonotes y fueron
martirizados por ellos, a [idem] de julio de [idem].
El epílogo no puede ser otro, que el escalafón y memoria de
los que derramaron su sangre por una causa justa llena de ejemplaridad,
mostrando su heroísmo en presencia de sus verdugos:
1) Portugueses.
Sacerdote y Provincial
de Brasil: Ignacio
de Acevedo.
Sacerdote: Diego de Andrade.
Hermano: Marcos Caldeira.
Hermanos, estudiantes: Benedicto de Castro, Antonio
Soares, Domingo Fernández, Juan Fernández (1º), Juan Fernández (2º), Antonio
Correia, Francisco de Magalhäes, Gonzalo Henríquez, Álvaro Méndez Borralho,
Pedro Nunes, Manuel Rodríguez, Nicolás Dini, Luis Correia, Diego Pires Mimoso,
Aleixo Delgado, Luis Rodríguez, André Gonçalves, Gaspar Álvarez, Manuel
Fernández y Simón López.
Hermanos Coadjutores: Manuel Álvarez, Francisco Álvarez,
Amaro Vaz, Bras Ribeiro, Pedro Fontoura, Antonio Fernández y Simao da Costa.
Añadido por voluntad: Juan.
2) Españoles.
Hermanos, estudiantes: Juan de San Martín, Francisco Pérez
Godoy, Fernando Sánchez y Manuel Pacheco.
Hermanos Coadjutores: Juan de Mayorga, Alfonso de Baena,
Esteban de Zudaire, Juan Zafra y Gregorio Escribano.
(*) Noticias para la historia de
La Palma. Juan Bautista Lorenzo Rodríguez. Cabildo Insular de La Palma y
Gobierno de Canarias. 3ª edición. Tomo I/pp. 93 y 100.
(**) Los jesuitas y Canarias
(1566-1767). Julián Escribano Garrido. Universidad de Granada. Granada
1987.
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