Sugerente título para despertar la curiosidad y un sinfín de
opiniones dispares y convertirse en un torrente de tinta en el mundillo de la
información. El anhelo se convierte en ilusión y mientras tanto se transforma
en emoción, al final, termina siendo satisfactorio de ver algo sensacional,
quedando la retina de nuestros ojos impresionada.
Es una página en blanco dispuesta a ser un negativo, para el
revelado de manera repetitiva de la presencia del enano en una noche mágica. Se
abre la cortina de la caseta, como si se tratara de una caja de magia,
apareciendo en tan corto espacio y tiempo la silueta del mítico danzarín
dibujada en un marco incomparable, deleitándonos con su maravillosa y acertada
danza, fruto del compás y ritmo de la polka. Todo hecho metáfora o imaginación
no resuelta en el conjunto de preguntas sin contestar, interrogantes surgidos
en el ambiente de la farándula, por ser un misterio muy bien guardado.
Así se cumple una antigua costumbre que data de 1680. Se
acordó hacerla cada cinco años por la Bajada de Nuestra Señora de Las Nieves,
Patrona de La Palma y Alcaldesa Honorífica de los catorce municipios,
realizándose en los lustros terminados en 0
o en 5. El acontecimiento se
acompaña en manifestaciones musicales, como la famosa “Danza de los enanos” a la Virgen.
Constituyen un archivo cultural y un icono muy importante,
siendo un referente de las Fiestas
Lustrales, prototipo de la simbología de identidad y de un patrimonio
intangible.
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