Signo privilegiado de una manifestación popular y
multitudinaria con raíces marianas y ancestrales. Desde hace años se celebra
este acto institucional, marcando el comienzo oficial del programa de la LXVIII
edición de las Fiestas Lustrales 2015 en Santa Cruz de La Palma.
Se traslada desde las Casas Consistoriales hasta el castillo,
situado en el lomo de la Encarnación, siendo un acontecimiento concurrido por
cientos de palmeros entusiasmados y participativos en el desarrollo del mismo.
Es blanca y de grandes dimensiones con el anagrama de María
bordado en el centro como enseña y réplica de la original, que ondea en algunas
ocasiones solemnes en el Real Santuario.
Transformándose en un acto tradicional y seña de la Bajada de
la Virgen. El isleño posee la ilusión de sostener un trozo de esa tela
bendecida al amparo del maravilloso marco de la plaza de España, que desde allí
parte el cortejo de traslado por la calle Pérez de Brito, Alameda, avenida de
Las Nieves y subida de la Encarnación, izándose solemnemente.
La algarabía calla por un momento al oír el ensordecedor
aviso de los cañones que acaricia bruscamente la brisa, pero pregona
intensamente la salutación festiva entre vítores y aplausos.
¡Viva la Virgen de Las Nieves! ¡Viva la Morenita!
Aclamaciones de júbilo envueltas en el amor a una Madre celestial, Patrona de
La Palma. Identidad material en el corazón de todos.
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