Juan B. Lorenzo Rguez. |
Su referencia constituye una cita ineludible para cualquier
interesado en la historia de nuestra tierra, recoge con profusión documental
muchos de los acontecimientos más relevantes acaecidos en La Palma durante cuatro
siglos. La trayectoria de Juan Bautista Lorenzo Rodríguez (1841-1908) habla por
sí sola, que será de mucha utilidad a los investigadores y curiosos que se
acercan a las páginas de la obra “Noticias para la historia de La Palma”.
Mucho se ha fantaseado en torno al valor de estas, que, para
unos, eran algo de importancia y, para otros, no pasaban de ser simples notas
mal hilvanadas de un aficionado sin formación.
Santa Cruz de La Palma |
Se trata de un contenido positivamente incalculable, porque
su autor tuvo a mano los inestimables protocolos pertenecientes al Marqués de
Guisla Ghiselín. Hoy, desaparecidos o en ignorado paradero. Es un compendio más
precioso nunca antes acumulado.
Lo comentado anteriormente supone una excelente oportunidad
para reivindicar su figura en el XIX
entre los hombres ilustres, centuria inolvidable en el desarrollo de nuestra
patria chica, que vivió un periodo social y cultural irrepetible. Sin duda,
para algunos fue el denominado “Siglo de Oro palmero”.
Calle O´Daly |
La época, vida y obra del cronista ha sido objeto de estudio
por el profesor Juan Régulo Pérez (1914-1993). Podría decirse, sin embargo, que
el análisis del tiempo es positivo y optimista sin los contrapuntos y matices
que las tonalidades oscuras añaden a los brillantes colores de un cuadro,
alimentando así el orgullo por el terruño como contrapartida a nuestra sentida
percepción de isla, siempre postergada a favor de aquellas centrales del
archipiélago.
Los hombres con cierta significación no se producen
inesperadamente en ninguna sociedad destacada o no. En el subsistir de los
individuos y pueblos, retrocediendo en el espacio hasta el momento en que la
Historia resuelve crear uno nuevo extraordinario, se puede comprobar que su
entorno mediático, su gran familia contemporánea, se había preparado desde
mucho antes para este acontecimiento.
Torre de El Salvador |
De la infancia sólo sabemos lo que él nos cuenta. Nacido en
Santa Cruz de La Palma, en donde desplegó una intensa actividad comprometida a
los avatares y envestidas del influjo ciudadano, al que fue sometido, algunas veces
con severidad, por intrigas injustas e injustificadas a consecuencia de su
formación académica. Sólo, alcanzó los estudios primarios y desempeñó el puesto
de sacristán de la parroquia Matriz de El Salvador de su lugar de residencia,
ciudad capital, salvo algunas comisiones como de interventor de Registro en
1888 y desempeñó el cargo de alcalde constitucional en dos ocasiones en la
misma localidad de origen.
El 15 de junio de 1870 contrajo matrimonio con Rita Rodríguez
y Silva, que aportó una dote sustancial al patrimonio conyugal, hecho decisivo
que le permitió poder dedicarse a sus aficiones de buscador de polvorientos y
olvidados archivos, sin agobios económicos y no tuvo descendencia.
Convento dominico. Acuarela |
Como muestra, transcribo la semblanza que le dedicó Pedro
José de las Casas en el periódico La Solución, 25 de enero de 1904: “Es capaz
de arrastrar todos los peligros por poseer un papel lleno de polilla en el que
se resuelva algún punto dudoso de nuestra Historia patria.
La solución de muchos de los oscuros problemas que presentan
los primeros años que sucedieron a la incorporación de La Palma a la Corona de
Castilla, a su patriótica constancia, a su labor incansable de visitar
archivos, de desenterrar manuscritos, de leer anticuados legajos se le debe.
Ermita de San Telmo |
Sin él, las sombras que se extendían sobre ese periodo no se
hubieran acaso disipado, porque el tiempo tal vez hubiera destruido esas
fuentes históricas y con ellas toda la verdad de los acontecimientos.
Los documentos que posee relacionados con dicha época y otras
de nuestra Historia son valiosísimos. Y todos adquiridos por él a fuerza de
ímprobo trabajo, de pasarse largas temporadas dedicado exclusivamente a
descifrar protocolos que yacían olvidados en muchas de las oficinas públicas o
entre los viejos papeles de ilustres familias.
Este es su vicio predominante.
Casi, casi lo caracteriza.
No tiene aún el título de Cronista de esta Ciudad; pero
debiera tenerlo.
Lo ha ganado por sus propios esfuerzos y pocas veces sería
concedida con más justicia esa honorífica distinción.
Escribe y sus escritos no carecen de originalidad, de
intención, y une con galanura los giros retóricos.
En el trato social es sencillo, jovial, sincero y rinde
fervoroso culto a la amistad.
Es nuestro actual Alcalde y lo fue en el pasado bienio.
Y si como autoridad lo respeto, más, mucho más lo considero
cuando de los pasados tiempos históricos se está ocupando”.
Calle San Telmo. Prisión |
Las pocas publicaciones que dejó, debido a lo difícil de ser
impresas, fueron la Memoria leída en la sesión literaria celebrada por el
Magisterio de la Enseñanza de la isla de San Miguel de La Palma, 7 de mayo de
1905, con motivo del IV centenario de la publicación del Quijote, Apuntes
biográficos del licenciado Anselmo Pérez de Brito (1728-1772) y la restante
producción se halla esparcida en la prensa de tendencia conservadora.
En conclusión es un venero impresionante de información. No
hay cosa más eficaz para abrir nuestras mentes y separar el círculo estrecho de
nuestras ideas, intereses y preocupaciones, que mirar a lo largo y ancho del
pasado.
BIBLIOGRAFÍA:
NOTICIAS PARA LA
HISTORIA DE LA PALMA. Excelentísimo Cabildo Insular de La Palma. 2010.
FASTOS BIOGRÁFICOS DE LA PALMA. Jaime Pérez García. Servicios de
Publicaciones de la Caja General de Ahorros de Canarias. 1985.
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