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domingo, 18 de noviembre de 2018

DEVOCIÓN A UNA IMAGEN DE MARÍA

Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria. Villa de Candelaria (Tenerife)
                              En la reciente traída de la Santísima Virgen de Nuestra Señora de La Candelaria a Santa Cruz de Tenerife y a San Cristóbal de La Laguna, ciudades por derechos propios a acoger tan ilustre y meritoria presencia mariana, se vivieron unas inolvidables jornadas de bienvenida y hospedaje con actos cívicos y de cultos religiosos, tanto a la llegada como a la despedida y al regreso a su basílica.
                              Es un fenómeno social de increíble magnitud, mucho más de lo imaginado, que mueve los sentimientos de miles de personas católicas, cristianas y fervorosas, creyentes o no, de todo el mundo. Los templos se hallaban desbordados por la afluencia de centenares de fieles, procedentes de cualquier rincón tinerfeño y de otras islas de la diócesis Nivariense, asistentes con intención de cumplir promesas o de ofrecer la benevolente mirada con el compromiso de solicitar un favor.
Interior de la Basílica. Detalle
                              Se dicen tantas cosas de Ella, que ocupan un espacio grande en el contexto de la mariología. Su infancia, maternidad, presencia en la crucifixión de Jesús… la sitúan en el centro de la vida religiosa y del Santo Evangelio, aunque en este último se nombra muy pocas veces como Madre de Dios y discípula de su Hijo, artífice esencial de su actividad pública desde la boda de Caná de Galilea hasta la Asunción, pasando por Pentecostés. Asume un protagonismo oculto en el silencio mediador, ante el ángel Gabriel, entre “aquí está la esclava del Señor” y “hágase en mí, según tu palabra”.
                              Se levantó deprisa y se puso en camino hacia la montaña, hacia un pueblo de Judá, nos dice san Lucas y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Era valiente, valentía de mujer, que llevan adelante la familia, educación de los hijos, enfrentan tantas adversidades, dolor, curan los enfermos… Se levantan y sirven. El servicio es signo de amor. Quienes no viven para ser útil a los demás, no sirve para el Reino de los Cielos en la alegría, como nos indica imperiosamente el papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio Sivori (1936).
Imagen de la Virgen. Detalle
                              En las muchas venidas de la imagen de la Patrona de Canarias, 1,60 centímetros de medida, a lo largo y ancho de más de cuatro siglos, no todas fueron para implorar la ayuda celestial, cuando sobrevenían calamidades, sequías prolongadas, plagas de langostas  diezmando sembrados, epidemias, erupciones volcánicas, se veían amenazas por ataques del exterior o de proteger la sagrada efigie del peligro de saqueos…, como diría el lagunero Eliseo Izquierdo Pérez (1931), Cronista oficial del lugar de referencia, en la prensa provincial del viernes, 19 y 26 de octubre del corriente, respectivamente, en ambas crónicas, sino por otros motivos con connotación en determinados acontecimientos acaecidos en el marco administrativo nacional.
                              En más de una ocasión  y para neutralizar la oposición de los frailes dominicos o de la curia eclesiástica y obispos canarienses, de que no se moviera del santuario, el Cabildo hizo valer su autoridad, apoyándose en la  prerrogativa de su pertenencia al Real Patronato. Solía permanecer, mientras se mantuvieran las circunstancias prominentes, y, que una vez fue prolongada, aproximadamente, dieciocho meses. 
Notificación. Benedicto XVI
                              Ha sido siempre un símbolo entrañable de la singularidad, máximo de la espiritualidad de los canarios, sin tener en cuenta el interés ideológico y político, bello emblema acendrado en la unidad y nobleza de sangre, que hunde sus raíces en la misteriosa sensibilidad del origen guanche.
                              La Morenita, conocida popularmente, se le apareció a los aborígenes en la desembocadura del barranco de Chimisay (Güimar), 95 años antes de la Conquista, en el periodo de 1392 al 1401, según la opinión mayoritaria lo hizo a dos pastores de forma manifiesta, demostrando su origen divino, contado por el religioso e historiador español Fray Alonso de Espinosa (1543-¿?) en 1594. Su advocación está relacionada a la historia del archipiélago.
Recibimiento apoteósico. Santa Cruz
                              Sin más, el 26 de marzo de 1599, es nombrada Patrona de las islas por Ippolito Aldobrandini (1536-1605), Clemente VIII. Ostentación que posee con todo honor y mérito de considerarse digna de veneración y representación de la CCAA como titular indiscutible. En la centuria decimonónica, 13 de octubre de 1889, fue coronada canónicamente por el obispo Ramón Torrijos y Gómez (1841-1903), gracias a una Bula de León XIII, Vincenzo Giocchino Raffaele Luigi Pecci (1810-1903), convirtiéndose en la quinta de España en recibir tal distinción y la primera del suelo insular.
                              Debido a la supuesta desaparición de la primitiva talla virginal en el temporal de 1826, inmediatamente se le encargó al renombrado escultor orotavense Fernando Estévez del Sacramento (1788-1845) la actual réplica de la sagrada escultura de estilo neoclásico con formas realistas y barrocas. La nueva figura, distinta y con nuevos aires de continuidad en el entorno devocional, empezó a surgir de las gubias de tal insigne imaginero en agosto de 1827. Al principio, confundió a los fieles, si bien pronto sería igualmente venerada como la anterior. Para finalizar, diremos que fue restaurada en 1972 por Ezequiel  de León Domínguez (1926-2008), del mismo origen del antes mencionado, usando criterios lógicos y concretos.  

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