EL HOMBRE QUE DIO VIDA A LA NEGRA TOMASA

                              Empiezo, como finalicé el pregón en 2016 de las fiestas en honor de la Virgen de La Luz del barrio de San Telmo, de donde parte el origen, calle del Tanquito, de nuestro distinguido personaje central, que ha desplegado un abanico de cualidades altruistas, que les hacen acreedor de una mención honorífica con todo derecho. Víctor Lorenzo Díaz Molina, conocido popularmente por Sosó, es quien ha encarnado durante los últimos veintitantos años, más de 27, a la Negra Tomasa en los Indianos de Santa Cruz de La Palma.

UNA FORMA DIFERENTE DE EDUCAR

                              La sorpresa con mayúscula me sobrevino al encontrar en mi recorrido habitual, calle O´Daly o Real de Santa Cruz de La Palma, con la celebración de la Jornada de la Paz, 30 de enero, que ya de por sí sería loable. Salieron a la calle las escuelas unitarias rurales para expresar y exponer un modelo educativo único, lleno de valores, donde la defensa de ellos en el mundo interurbano es indestructible durante todo el año.

FIESTA DEL ALMENDRO EN FLOR

                               Las flores de los almendros brotan como preludio de la primavera. La comarca noroeste palmera ha iniciado la cuenta atrás para una de sus festividades más esperadas. Comienzan a tener el color rosa los paisajes de Tijarafe, Garafía y Puntagorda, en general, toda la isla, que se preparan para celebrar este encantador y sublime hecho con esperanza de prosperidad y sosiego.

EL CRISTO MORENO

 Cristo moreno y sagrado,

Amor convertido en fruto,

baja la vista al arado

y labra en la seca tierra

los surcos de tu costado,

¡sangrando gritos de guerra!

Contempla pueblo el martirio,

con parsimoniosos pasos

entre música y cirios.

Del Árbol que irradia vida                                 

Cristo de La Laguna

brotan miradas de amor,

que arrebatan con delirio

el gánigo de pasión.

Las calles se quedan solas

después de pasar el Cristo

cargando con nuestras penas.

Al umbral de su morada

con su corazón desnudo,

despojado del silencio,

llega enjuto y callado

el Cristo crucificado.

De colores se iluminan

las fúlgidas ilusiones,

pirotécnicos aplausos,

al salir Cristo a la calle

en todas las ocasiones,

menos en la de Pasión.

El tañer de las campanas

que surca la fresca brisa

se ha convertido en manojos

de suspiros y promesas. 

Erguido en solio de plata,

rodeado de sombra y flores

se queda solo el Verbo.

Luz de tus fieles devotos,

Faro que guía el camino

de retorno a tu Santuario,

ata tus brazos a la cruz

con la llama de mis versos.