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domingo, 17 de julio de 2022

SANTA CRUZ DE LA PALMA: RINCONES CON NOMBRE (XL)

                 CALLE A. CABRERA PINTO: Esta calle, que en el XVI se llamó camino que va a Buenavista, enclavada en el barrio que dicen de la parroquia, en 1731, se singularizó con la expresión de calle que va a la plaza de esta ciudad, en 1658, y en el XVII y buena parte del XVIII se la denominó calle que dicen de Juana Batedías, saliendo de la iglesia, en 1676, o simplemente calle de Batedías, en 1718. Esta denominación tuvo su origen en Juana Batovías, por tergiversar los términos Batodías y Batedías, que vivía en una casilla al principio de la vía, en su segundo tramo. En el XVIII simultaneó el nombre con el de la Simona, callejón de Batedías y la Simona, en 1775, callejón que dicen de las Simonas, en 1752, calle que dicen de la Simonica o Batedías, en 1763, o calle de la Simona, en 1762, sin que hayamos tenido la suerte de localizar a la persona que dio lugar a que se la conociera por su nombre de pila. Al resto de la arteria urbana, en su recorrido, se la conoció como calle de Don Pedro, en clara duplicidad con la que ostentó este nombre a través del tiempo en razón a que Pedro de Castilla, Regidor del antiguo Cabildo de La Palma, vivió en ella, a la altura de la casa que lleva los números 24-26 de la actual Cabrera Pinto.

                              En alguna ocasión se le aplicó el de calle real que va a la ermita de San Sebastián, en 1779, porque terminaba junto a dicho solar y plaza del santo mártir romano. Con motivo de la confección del callejero municipal perduró el nombre que entonces venía impuesto públicamente y quedó registrada como calle de Simonica. Con posterioridad se le cambió el nombre por el actual, en 1926, en memoria del homenajeado Adolfo Cabrera Pinto y Pérez (1855-1926), que nació en uno de sus edificios y fue un personaje relevante en materia de Educación.

        Pasamos a historiar el primer tramo de la arteria urbana, porque es el sector que se puede considerar del llamado barrio de la parroquia. En el inmueble, nº 7, nació el eminente educador, hijo de Domingo Cabrera Pinto y de María Teresa de Jesús Pérez, que cursó el bachillerato con gran brillantez y destacó como periodista apasionado. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, estuvo destinado en Ávila, Granada y Ciudad Real hasta que regresó a San Cristóbal de La Laguna, donde nombrado director del Instituto General y Técnico de la provincia al frente del cual permaneció veinte años, periodo en el que enalteció al centro, al mismo tiempo que se le reconoció públicamente su gran labor en el desempeño de su actividad. Incansable defensor del restablecimiento de la Universidad de San Fernando y de la creación de la Escuela Normal de Magisterio en la susodicha ciudad. Aprovechó la estancia de S.M. el Rey en Canarias, Alfonso XIII, para hacer una notable exposición de los deseos isleños de lograr la restauración de aquel centro de enseñanza universitaria, que con anterioridad se había tenido.

                             Laboriosa fue su gestión a este respecto comentado, incluso con campaña de prensa en Madrid, con objeto de que se incluyera a la Universidad lagunera en el proyecto de reorganización administrativa del archipiélago. Logró su objetivo como Sección Universitaria en 1913 y quedó como profesor de la misma.

     Fue Oficial 1º del Gobierno Civil de Ávila, Diputado provincial por La Palma en 1901, delegado de Enseñanza, director honorario del Instituto de Aguere y de dicha Sección Universitaria. En consideración a sus méritos en pro de la enseñanza el Cabildo Insular le confirió el título de Hijo Predilecto de La Palma y el ayuntamiento dio su nombre a la calle donde nació, muriendo en Sevilla, cuando meses antes se le había rendido homenaje público en La Laguna al colocarse su busto en la plaza Guillermo Rancés, como testimonio de su fecunda labor cultural. Le da nombre al Instituto de Canarias.

                              Finalizamos, haciendo referencia al inmueble, nº 14. En esa casa vivió, aún después de casada, Francisca Hernández Carmona. Su marido, Francisco Díaz Leal, nacido en villa de Mazo marchó a América a probar fortuna, pero allí murió prematuramente dejando aquí viuda y tres hijos menores de edad que convivían con el hermano de ella, Agustín. Los tres pequeños se llamaban Francisco, Mariana y Manuel Díaz Hernández (1774-1863). Este último, presbítero y Beneficiario de la parroquia de El Salvador, personaje excepcional de imperecedero recuerdo en la historia local, sobradamente conocido por sus conciudadanos.

     El cura Díaz, que fue propietario del inmueble natal, por herencia intestada de su hermana Mariana, soltera, heredada a su vez de su citado tío con quien se había criado, vendió la propiedad. La dicha casa-habitación linda por delante con la calle de la Simonica, por detrás con el barranco que denominan de Dolores y, por un lado, callejón que va de dicha arteria a dicho cauce. Se componía de sala, dos habitaciones, un granero, comedor, cocina y dos piezas bajas por la calle del costado del precitado barranco. Se compone de un solo piso con un granero en uno de sus costados y de dos por la del Cincuenta y Siete. Por Cabrera Pinto consta de puerta y ventana acristalada con moldura abocelada y por la avenida El Puente, alto y bajo, dos puertas de cantería roja y dos ventanas, datando su reforma de mediados del XIX.

                              Dicho lo expuesto recorremos el segundo tramo de la misma y nos ponemos en posición estática frente al inmueble, nº 28, a leer una placa de mármol blanco, adosada a su pared, que dice:

CASA DONDE NACIÓ EL 13-9-1880

EL DR. DON TOMÁS FELIPE CAMACHO.

TRIBUTO DE ADMIRACIÓN

DEL EXCMO. CABILDO INSULAR

DE LA PALMA

AL ILUSTRE HIJO DE ESTA CIUDAD

EXPONENTE DE LA HISPANIDAD

Y HONOR Y GLORIA

DE LOS CANARIOS EN CUBA

17 DE JULIO DE 1955

       Más arriba encontramos una vivienda con cierto estilo arquitectónico canario muy singular de dos plantas, números 38-40. En la planta baja, son todas puertas y pequeños postigos y, en la de encima, ventanas acristaladas con marco de luz de cuatro cristales y un balcón en el centro de su fachada, con antepecho de celosía, dándole una belleza de postal. Al costado norte, hacia un patio interior, que se ve desde el exterior, un horno de uso doméstico como tantas otras del mismo porte y época. La pertenencia de la susodicha edificación se relaciona con la finca La Caballita, propiedad de Ubaldo Bordanova Moreno (c. 1866-1909), heredada de sus padres, que era pintor madrileño afincado en el barrio de San Sebastián o de La Canela. A mediados de la década de 1890, se instaló en Canarias. Entre sus trabajos en nuestra isla se haya la restauración de la parroquia Matriz de El Salvador con bóveda y pinturas; Real Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves, Patrona de La Palma; iglesia parroquial de San Antonio Abad de Los Canarios de Fuencaliente y la ermita de su barrio, pintando sus respectivas bóvedas presbiteriales. Bordanova Moreno constituye una figura fundamental del panorama artístico canario del último tercio del siglo XIX. Formado en Madrid al calor de las enseñanzas de Casto Plasencia, y luego en París. Aquí desarrolló una destacada labor como pintor decorador, retratista, paisajista y artista gráfico en Gran Canaria y Tenerife.

       La calle Huerta da a ella en el costado del poniente de la mencionada ermita del mártir romano. Debe su nombre a la existencia, en lo antiguo, de una serie de bancales adaptados a la pendiente del terreno en el primer tramo de la vía hacia el norte, perteneciente a la huerta de Cogucho y la hacienda La Caballita, que disponía de portada de acceso por la calle Drago, casa, estanque y plantío de frutales.

                              A pocos pasos se erige una hermosa casona, siendo su fachada de las más fotografiadas, ya que su balcón y portada con una escalinata de cantería negra o de roca volcánica en la fábrica de sus peldaños, que no pasan desapercibidos. Desde siempre la he conocido como la casa de doña Avelina. Así, no de otra manera, llegamos al final del recorrido 

          FUENTES CONSULTADAS:

 -Jaime Pérez García (1930-2009). Excronista de Santa Cruz de La Palma.

-Otras fuentes de información de información de archivos propios.

-Conocimientos y vivencias personales.

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