La farola victoriosa que alumbra
el oscuro camino silencioso,
en lo alto mira ese cielo hermoso
con el níveo acero de la palabra.
Cuando la luz solar, ahoga la sombra
del pertinaz momento tan famoso,
surge allá el firmamento celoso
mostrando el encanto de la aurora.
Un idilio surge en mi mente airoso
de eterna claridad de sol y
estrellas
relucientes en noches, tenebroso.
Como fieles, señal y guía, son ellas,
que, en medio de la sombría
tempestad,
se dan el sí, un abrazo de lealtad.
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