LAS BARQUERAS

                              Surgen en mí imágenes inolvidables de un ayer algo lejano en el acontecer de un ocaso. En las piedras de una playa varadas las barcas y a lo lejos aquellas que se acercan después de la faena. Recuerdos de años jóvenes sin retorno en el transigir diario, perdidos en la inseguridad de un adolescente envuelto en sentimientos sin alas. Líneas paralelas en el tiempo son mis nostalgias y la edad que tengo, mayor y con canas, lleno de experiencias y de desengaños. Se me abre una herida honda y sin sutura.

MADRE DE NUESTRA ESPERANZA

   Entre bellos resplandores

luce La Luz en el cielo,

que es la estrella de María

con cantos angelicales.

   Madre mía, Virgen pura,

coronada por luceros

brillante como ninguna

bendices al barrio entero.

   San Telmo navegante

en ese barco velero

aporta divina llama,

erguida celosamente.

   La vieja ermita del risco

y su pequeña espadaña,

pregoneras de las fiestas

con acordes de campanas.

    Y la bandera mariana

fiel símbolo de esperanza,

ondea surcando la brisa

en abrazos de hermandad.

               Programa de las Fiestas en honor de Nuestra Señora de La Luz y San Telmo. Santa Cruz de La Palma. Septiembre de 2015.

SANTA MARÍA, MADRE DEL BUEN CONSEJO

                              No hay palabras para dibujar la emoción y devoción que los feligreses sienten por su bella y carismática imagen mariana, todo se convierte en retazos y frases inconexas cuando se quiere expresar algo referente a Ella, bajo la advocación de La Luz. La emanación virginal que nos protege es la de la mujer de esos ojos misericordiosos con un manto protector cerca del alma y corazón.

EL PINCEL DE ORESTES ANATOLIO

                              Me imagino que las dificultades en ese entonces eran las mismas de hoy, pero con distinto matiz, cuando un muchacho de pantalones cortos correteaba por el cayado de Maldonado de Santa Cruz de La Palma llamado Orestes Anatolio (1935). No sé cuantas veces se sentaría en una roca a contemplar el litoral salpicado de salitre de Martín Luis (Puntallana). A lo lejos los matices de luces, danzando al compás de un mágico arrebol, llenaban las ilusiones de un joven con miras hacia el futuro. No es extraño contemplar lo irreal de sueños inconexos en un marco artístico para hacerse mucho más tarde puro y real, contemplando y perfeccionando con sabia ciencia de maestro.