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domingo, 27 de septiembre de 2015

LAS BARQUERAS

                              Surgen en mí imágenes inolvidables de un ayer algo lejano en el acontecer de un ocaso. En las piedras de una playa varadas las barcas y a lo lejos aquellas que se acercan después de la faena. Recuerdos de años jóvenes sin retorno en el transigir diario, perdidos en la inseguridad de un adolescente envuelto en sentimientos sin alas. Líneas paralelas en el tiempo son mis nostalgias y la edad que tengo, mayor y con canas, lleno de experiencias y de desengaños. Se me abre una herida honda y sin sutura.
                              Al igual que diría el poema titulado "Las alas de mi barca": “Abre mis alas al viento/que quiero volar muy lejos,/viajar con mi soledad/por los mares del tiempo./Que sucedan los días/con sus horas y desalientos,/alboradas y pesares/marineros del tiempo./Abre mis alas al viento/y échame a volar/con la fuerza de tu aliento/y el velamen de un hogar./Abre las puertas del mar/para poder contemplar/la inmensidad/de sus densos pensamientos/como ara de un altar./Abre mis alas al cielo/y a la mar/que deseo volar muy sola,/oyendo el silbido de la brisa/y el murmullo de las olas./Crisol azul y fecundo,/feudo de gaviotas tempraneras,/pregón de anhelada libertad/hermoso vals de lealtad./Abre mis alas de una vez/para volar, volar, muy lejos/por las riberas de la nostalgia/y la oquedad del presente.
                              En la Historia el protagonismo de la mujer ha sido importante y en este caso lo es. Con un cesto en la cabeza vendiendo pescado para obtener el sustento de la familia. Practicaban el trueque algunas veces a satisfacción de ambas partes. Lo mismo sucedía con otros pueblos alejados de los núcleos principales de población, fue el caso de Tijarafe, cuando no había carreteras, sino los caminos reales en condiciones pésimas.
                              En la Villa y Puerto de Tazacorte se ha homenajeado en una ocasión única, haciéndose alarde a la inmortalización de ellas en los frescos, que lucen en los muros de muchas instituciones públicas. Además, no sé si ese apelativo es dado por el canasto hecho con corteza vegetal o al digno oficio desempeñado con honradez y sabia maestría.

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