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Ejemplo de celosía de madera |
El conjunto de ventanas y balcones de celosías que hoy posee
el archipiélago canario, sobre todo las ventanas, reliquias heredadas del mundo
hispanomusulmán, no tiene otro interés sino el que guarda por su propio origen,
por su número, evolución y diversidad de formas en el resto del entorno
hispánico, donde lamentablemente han desaparecido, como, primero, consecuencia
de los nuevos trazados de las ciudades renacentistas y, en fecha más reciente,
víctimas de la especulación y la incultura. Planes Especiales de Protección,
escasamente protectores o rehabilitaciones sin rigor ponen en peligro la
conservación de este extraordinario legado cultural, que debemos transmitir a
las generaciones venideras como testimonio de nuestra verdadera identidad.
Tenemos el deber de reflexionar sobre lo antes comentado, ya
que es una circunstancia muy seria a tener en cuenta. Es algo muy poco
imaginado, cuando no se desea conservar el patrimonio, mientras en la Península
se destruían, siendo la cuna y fuente de prolongación y asentamiento de la
creación árabe por excelencia, en las Islas Canarias se construían,
manteniéndose en buena medida hasta nuestros días y en La Palma se ha cuidado
la existencia de una gran cantidad de ellas.
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Casa con ventanas de celosías |
Santa Cruz de La Palma atesora peculiares formas y varios
centenares de ventanas de celosías. Nada igual se ha hecho disfrutar de su
presencia en ningún otro sitio de España o de América. Acostumbrados a su
presencia, tomemos conciencia de su singularidad y de su excepcional
contribución a la identidad, personalidad y belleza de nuestras ciudades.
Están formadas por varillas cruzadas en diagonal. El origen
remoto de las mismas se remonta a la India, Irak y Egipto, donde se utilizaron
para ventilar los estrechos espacios de reunión familiar y de tertulia y, así,
dosificar el aire y la luz que circulaban por ellas. En el Cairo (Egipto) se
usaron con ese fin, al igual que mantenía oculta a la persona, que miraba hacia
el exterior. Guardan la misma similitud que en las islas por tener postigos
abatibles.
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Con postigos abatibles |
La carpintería hispanomusulmana se transformó en el mejor de
los casos lo que define el mudéjar canario, traído desde el sur del país
(Andalucía) y Portugal, que tuvieron las islas en una importante difusión,
concretamente La Palma. Llegaron durante el reinado de los Reyes Católicos, al
tiempo que iban desapareciendo, según hemos dicho en párrafo más arriba. Su
empleo se vio favorecido por la existencia de una vida femenina íntima,
ejecutada esencialmente dentro de la vivienda a modo andaluz y musulmán.
Tuvo a juzgar por los ejemplares conservados escaso arraigo
de manera dominante en sustitución de la ventana de cojinete o cuarterones.
La que nos incumbe, ventana de celosía, es peculiar en tierra
palmera. Además, se halla extendido el uso de la celosía en balcones, saledizos
y ajimeces, que dio pie a un estilo de ventana particular privativa, asociada a
la de asiento, convirtiéndose en un signo tradicional de relación social y en
el elemento parlante más típico de sus fachadas.
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Muestra de distintas ventanas |
Abundantes son en Santa Cruz de La Palma, que bien podría
merecer el título de la “ciudad de las celosías”. Se ha contabilizado unas 327,
distribuidas a lo largo de todo el núcleo urbano, tanto en el área central como
en los barrios periféricos, que ocupan las partes altas de su orografía en 138
edificios pertenecientes a la práctica totalidad de las tipologías que
conforman la arquitectura doméstica y, aún, religiosa. Lo que no se ha
mantenido reseñable en ningún lugar hispánico.
Utilizadas con el fin de renovar el aire interior, su
estructura es semejante a la de cojinetes, antepecho inferior con cuarterones,
cristales superiores fijos o móviles y dos hojas divididas en recuadros
cubiertos por celosías, en lugar de cojinetes. Tras las celosías, hay dos tapas
luces que moderan a voluntad la penetración del aire y de la luz. En algún
caso, desaparece el montante de cristalera y se sustituye por más celosías.
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Tipología diferente a la tradicional |
En la actualidad, sin embargo, a pesar de las adversas
contingencias, este legado es un bien que debe conservarse, siendo necesario
articular una serie de incentivos dirigidos a los propietarios de los inmuebles
que favorezcan su mantenimiento, que permitan en diferentes circunstancias
recuperaciones como, también, el desarrollo de una normativa que las protejan.
Sin saber por qué, la circunstancia descripta hasta ahora
abre el interrogante de si todas las tipologías se concibieron para solucionar
unas exigencias funcionales relacionadas con las condiciones climáticas de la
zona.
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Con morfología original |
Además, aparte de sus propiedades funcionales, ha terminado
por conferir un matiz cultural a los núcleos urbanos y construcciones
históricas, que se localizan en Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane o
Icod de los Vinos. A pesar del empleo de otros elementos decorativos ajenos a
su morfología original, los vanos de celosía han mantenido su esencia
primitiva, que han proporcionado un innegable empaque al entorno y la han
convertido en uno de los símbolos más característicos de la arquitectura canaria.
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Riquísimo legado conservado |
La situación de las ventanas de celosías, hoy en día, ofrece un panorama incierto. De una parte, debe valorarse el riquísimo legado
que se ha conservado. De otra, hay que incidir en una corriente cada vez más
difundida de una mala praxis rehabilitadora. En los últimos años se han
prodigado varias restauraciones o reconstrucciones que han cambiado la
morfología completa. Se trata de intervenciones desafortunadas, que se abordan
sin conocer las proporciones de los diseños tradicionales y se juega a ser
nuevos diseñadores en los que se tiende a la simplificación, las líneas rectas
y a la reducción de la ornamentación, muy acusada en los antepechos y los
marcos. En este contexto, urge una formación a los carpinteros que se adentran
en estas labores, a fin de preservar con las mejores garantías este valiosísimo
legado.
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Seña patrimonial de consistencia |
A lo largo de estas líneas se ha reiterado la relevancia de
las celosías y las ventanas de celosías como una de esas señas patrimoniales y
de mayor consistencia. La capital palmera atesora un auténtico monumento
lignario, que debe de ser protegido y considerado en su justa medida. Nuestro
propósito se ha centrado en el de remarcar su importancia. Se trata de uno de
los elementos más singulares y que otorgan mayor prestación a Santa Cruz de La
Palma y que, quizás, en el futuro pudieran aportar reconocimientos más amplios
al conjunto histórico artístico. Antes de finalizar, solo me resta lanzar una
propuesta, como lo han hecho otros tantos: cuidar lo nuestro dando testimonio
de un pasado con imaginación y cordura, así construiremos un tiempo venidero
con perseverancia, que solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
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