Cráter del volcán de San Juan. Erupción de 1949. Cumbre Vieja |
El conocimiento de la propia región requiere un interés
presente por su realidad geográfica, histórica y cultural. Nuestro medio
natural se halla bastante transformado por la acción del propio canario,
necesitado a combatir por una subsistencia precaria y de otras muchas
circunstancias. Conformamos un medio adaptado a las irregularidades del
terreno. Muchas veces, castigado por diversos fenómenos, entre ellos el
vulcanismo o volcanismo, aunque no siempre son perversos, sino beneficiosos a
la agricultura, turismo y economía con ventajas de singulares esperanzas de
futuro.
La Palma, tierra de volcanes, se llena de belleza con la
presencia de un azul intenso, que calma la agonía del rugir lejano de fuego y
lava, destrucción y resurgimiento… Caminar por rutas abrazadas por la luz del
sol con el simple objetivo de cumplir un placer acabado con el supremo éxtasis
de la imaginación, satisfacción y rendimiento, siempre, se pone la mirada fija
en el horizonte.
Campos de lava. Todoque |
El convivir con la naturaleza ha sido una lucha constante,
compartiendo la aridez de los malpaíses, lapilli, bombas, cráteres y conos
amenazantes como los molinos de viento de la obra cumbre de Miguel de Cervantes
Saavedra (1547-1616), Don Quijote de la Mancha, considerados gigantes por el
Hidalgo, al contrario que su escudero Sancho Panza, que los veía reales como
tales. Lo mismo sucede con el palmero conviviendo con ellos e integrándolos en
el paisaje como elemento esencial del mismo, pregonando el origen geológico isleño.
En la isla se realiza con la singular morfología del suelo, venciendo la
pronunciada pendiente, que finaliza en abruptos acantilados marcados con la
espuma y la bravura de las olas.
Teneguía. Erupción de 1971 |
La cita de las dos últimas erupciones del siglo XX es
obligada: La de San Juan en 1949, arrasando campos de cultivo y viviendas tras
el paso de la colada. Sin embargo, hoy se puede disfrutar de las impresionantes
lenguas negruzcas y serpenteantes. Fruto de tal acontecimiento es la Cueva de
las Palomas, rebautizada, recientemente, como el Tubo Volcánico de Todoque (Los
Llanos de Aridane). En él destaca su estructura geomorfológica propia de la
zona, siendo uno de los más largos del contorno insular. Su valor es
eminentemente geológico y se acrecienta por su importancia biológica al
albergar una fauna peculiar de formas invertebrados muy adaptados a la vida
hipogea. Alrededor suyo existen leyendas y otros episodios, que formarían un
amplio capítulo de la historia canaria.
Y, en segundo término, sería la penúltima ocurrida en el
archipiélago en 1971 por el mes de octubre, en el pueblo sureño de
Fuencaliente, denominado Teneguía, por la proximidad al Roque del mismo nombre
y que constituye una zona protegida como Monumento Natural.
Monumento Natural Teneguía |
No podemos dejar en el olvido el de San Antonio, en 1677, en
la misma localidad que el anterior, por su gran cono prehistórico, resultado de
una descomunal explosión freatomagmática. Cuenta con la protección del cercano
accidente mencionado y Centro de Visitantes. En el interior de su abertura,
según la anécdota transmitida por los naturales del municipio, observamos la
plantación de pinos de especie autóctona hecha por escolares en el cuarto
decenio de la pasada centuria. La virulencia de su actividad se manifiesta en
el ocultamiento del balneario de la Fuente Santa, a unos setenta metros de
profundidad, con materiales incandescentes. Contenía aguas termales a altas
temperaturas, que se le atribuían propiedades medicinales para enfermedades de
la piel, lo decían las crónicas de ese entonces, siendo reconocidas tanto por
los colonizadores europeos, como por los antiguos pobladores prehispánicos.
Después de muchas búsquedas, que se convirtieron en fracasos y desilusión por
los escasos y rudimentarios instrumentos técnicos, se llegó a 1995 cuando
avalado por los entes públicos autonómico e insulares se emprendió la tarea de
hallarla, según intuición y criterios precisos de esperanza y concienciación de
seguir la trayectoria correcta. Así fue hasta descubrirla y trazar un plan
innovador para su uso actual, tratándose del milenio y adaptación, pasado
varios siglos.
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