A mediado del año 2004 leí en la prensa local, que un equipo
de buenos amigos, amantes de salvar un patrimonio con viso de desaparecer,
estaban restaurando el correíllo La Palma y, entonces, me surgió en mi mente el
recuerdo, en forma de nostalgia, yo diría de almacenada o sentimental añoranza,
de aquel tiempo en que viajé en él. Cuántas veces pasé por su cercanía, sigo
haciéndolo ahora cuando visito Santa Cruz de Tenerife por asuntos médicos, se
encontraba en las instalaciones del astillero, próximo a la autovía del barrio de
San Andrés y dársena pesquera. No encontraba muy claro que pudiera ser restaurado por el mal
estado de su casco, maltrecho por tantas singladuras, cargado de años y de
salitre por todas las hendiduras habidas y por haber, de proa a popa y de
estribor a babor, motor y caldera oxidada envejecidos por una larga actividad
marinera sin tomar un ansioso descanso. En ese estado calamitoso de retirada
para sufrir una desdicha y de abandonada suerte en medio de vagas decisiones
fue saqueado, probablemente, según referencias periodísticas por los
desperfectos existentes en su estructura y propulsión. |
Vapor correíllo La Palma |
¿Por qué salvar el correíllo? La incertidumbre ensombrece la
respuesta, pero tengo el hálito suficiente al mantener la esperanza de que el
vapor tenga una ubicación y un fin histórico idóneo. Marca un antes y un después
en las comunicaciones entre las islas y África occidental. Sus siluetas se
transformaron durante bastantes años en una estampa de postal. Sus nombres
circulaban de boca en boca, que por la necesidad de viajar eran conocidos por
los isleños. Incluso su eslora contribuía al confort del viajero y a la
duración del itinerario. Resumiendo un poco lo expuesto se podría convertirse en un
museo itinerante y en un centro de información y consulta, dotado de una
biblioteca náutica con una exposición permanente de sus fondos documentales. El
proyecto al cual está destinado para su conservación y cuidado contempla, una
vez transformado en un espacio cultural y de ocio, de que las escalas no se
limitarán a las capitales provinciales o de las demás islas menores, sino que
será como siempre, bordeando la costa. Felicitaciones a la Fundación por su tesón en la lucha del
proyecto y al éxito de conseguir lo propuesto. Se ha marcado el meridiano entre
una época de la construcción naval de principios del siglo XX y el futuro del
último superviviente de los correíllos interinsulares canarios.
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