No es lo mismo tener un espíritu navideño, que celebrar
alegremente la Navidad. Son cosas muy distintas con sabor a fiesta y con
derroche de buen humor, compartiendo amistad y la esperanza de volver al dulce
hogar donde afloran el calor de los nuestros y el amor entre los que aún
vivimos y a aquellos ausentes por numerosas circunstancias de lejanía como el
trabajo, óbito, obligaciones a cumplir…
El papa Francisco nos dice: “El reino de Dios ha venido, ha
llegado, está en medio de vosotros”. Este es el mensaje central de toda misión
cristiana. Cuando un cristiano va a anunciar a Jesús, no va a hacer
proselitismo como si fuera un hincha que busca más seguidores para su equipo.
No, va simplemente a anunciar: “¡el reino de Dios está en medio de vosotros!”.
Y así el cristiano prepara el camino a Jesús, que encuentra a su pueblo. Jesús,
dame humildad, porque quiero que nazcas en mi corazón y seas Tú el único
protagonista de mi vida.
Hay personas insatisfechas, incapaces de tener una
satisfacción en su actitud personal, hay muchos insatisfechos que no consiguen
entender el centro de la revelación navideña. Los hay y hacen mucho daño cuando
viven una vida que no es plena, por un lado, no hallan la tranquilidad, por
otro lado, siempre pensando en proyectos y luego cuando los tienen en sus manos
dicen: “No, no me gusta”. Todo esto pasa, porque su corazón está lejos de la
lógica de la Navidad presente y por eso hay algunos insatisfechos, no son
felices, se quejan y viven tristes.
El significado de la misma actualmente se hace en muchos
lugares de forma muy distintas. En general posee en sí un aumento del consumo,
en especial para la compra de alimentos, realizando cenas familiares, y regalos
al pie del árbol.
En los lugares públicos se escuchan canciones propias del
evento, los populares villancicos. Otras costumbres a destacar son la
decoración y el alumbrado en calles, plazas, casas en balcones y ventanas y la degustación
de dulces típicos, licores, exquisiteces y otros productos alimentarios, que
varían en función de la zona: pan de elote, turrones, polvorones, hallacas,
delicia de papaya y de boniato, pata de jamón serrano…
Desde el punto de vista cristiano, responde a la
manifestación de ciertos valores, que durante estas fechas cobran un sentido
íntimo. Valores como la solidaridad, la unión, el diálogo y la compañía con las
personas mayores, que son más subjetivos y que se encuentran representados en
las creencias religiosas del cristianismo.
Este término se utiliza para referirse al tiempo festivo en
muchos países, desde el Adviento hasta Reyes.
Así, entre el 1 de diciembre y el 6 de enero, dependiendo de
los distintos lugares, se hacen las siguientes celebraciones:
- Entre el 1 y 23 de diciembre, Adviento.
- 24 de diciembre, Nochebuena
- 25 de diciembre, Navidad o Natividad de Jesús.
- 26 de diciembre, San Esteban.
- 28 de diciembre, los Santos Inocentes.
- 31 de diciembre, San Silvestre y Nochevieja.
- 1 de enero, Año Nuevo.
- 6 de enero, Epifanía del Señor y Adoración de los Reyes
Magos.
Por otro lado, la iglesia tenía la necesidad de sustituir
los festejos saturnales. Acontecimientos tradicionales en la Antigua Roma
durante el solsticio de invierno. Se fijó el 25 de diciembre como fecha
conmemorativa para facilitar la aceptación del cristianismo por los paganos.
Símbolos de la Navidad:
Hace referencia al del Paraíso, al pecado original y a la
figura de Jesús como redentor de los pecados, pero, también, a la hoja perenne,
que es signo de eternidad.
-La estrella, guía, en referencia a la de Belén.
-Luces, originariamente velas, simbolizando la luz, que
ilumina el mundo.
-Las bolas, originariamente manzanas, en referencia a las
tentaciones.
-Guirnaldas y espumillones, unidad y alegría.
Dentro del pesebre las figuras esenciales son la Virgen
María, San José y el Niño junto a la mula y el buey. Otras serían los 3 Reyes
Magos y los pastores.
3º) Papá Noel o Santa Claus, nombre que recibe
en distantes partes del planeta el personaje, junto al de San Nicolás, entre
otros. Está vestido con un traje rojo, cinturón y botas negras, que se encarga
de fabricar y entregar los juguetes deseados por los niños y niñas en la noche
del 24 de diciembre, víspera de Navidad.
Vivimos alegre y con sentido coherente de espíritu navideño
cada año y aunque es una tradición que lleva muchos años con nosotros, quizás
la mayoría no sepan cuál es su verdadero significado, ya que ha ido cambiando
con el paso del tiempo por un fenómeno más consumista.
Ya no está tan ligada como en sus orígenes a la devoción y
transmisión de padres a hijos, puesto que se hallan inmersas en la comida de
Nochebuena y los regalos, que supone un desembolso desmesurado. La parte
positiva y menos consumista de estos días es el acercamiento familiar.
Lo importante de estas fiestas es disfrutar de los seres
queridos y pasar todo el mayor número posible de horas del día con ellos,
teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada uno: personas sin
techo, en soledad, sin descendencia, pobres, sin recursos humanos… necesitados
de ayuda.
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