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domingo, 1 de mayo de 2016

LA CRUZ DE LA PORTADA

                              Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Se transforma en una inmensa alegría transitar por ese camino y descubrir que allí existe una cruz, que en tiempo atrás fue popular por su ubicación y tradición, atribuyendo una leyenda por transmisión de padres a hijos, de viejas generaciones hasta nuestros días, y no se sabe si es cierta o no. Se oculta a la contemplación de quienes pasan por estar alejada en una propiedad privada, totalmente inaccesible. Se ha convertido en la protagonista, como la cruz olvidada, en un emplazamiento histórico de Santa Cruz de La Palma.
                              El porqué de su existencia se convierte en un interrogante con carisma de celebración pagana y religiosa. Siendo un signo cristiano, recordándonos nuestra profesión de fe, puede ser una indicación a la fundación de la ciudad. Se encuentra en un enclave pintoresco e ignorado por muchos.
                              Al pie de la montaña, sobre una suave garganta denominada La Noria, sostenida por un pedestal basáltico, está a merced de la brisa por la proximidad de la mar y a la vista panorámica bajo el socaire del Risco de la Concepción. A su vera se acunó la historia de aquel ocaso, albergando la protección cuando fue preciso. No obstante, la conciencia de conservación de un legado artístico y patrimonial, se manifiesta importante como parte de la cultura procedente de nuestras raíces.
                              Se cuenta que en 1910 Antonio Isidro Durán compra aquella parcela para edificar su vivienda, junto al emblemático sitio de la Portada Sur. Habiendo encontrado enterrado un cofre con monedas de oro, ordenó el colocar tal símbolo en el mismo punto, que señalara dicho hallazgo, como agradecimiento. Más tarde se convirtió en motivo de jolgorio por las fiestas de mayo.
                              Como diría Gustavo Adolfo Bécquer: Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia, lo que puedo decir es que en su fondo hay una verdad…, para finalizar lo relatado con cierta aportación de datos a quienes tengan la curiosidad de conocerlo, les sugiero in situ a este insólito paraje o quedarse in albis.

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