José Blas Van de Walle
Hernández (1926-2017), presbítero, fue un referente popular, respetado y
admirado entre la juventud de Santa Cruz de La Palma y en todos aquellos
lugares que desempeñó su ministerio sacerdotal de la Diócesis Nivariense por su
sencillez y pronta reacción a las necesidades y proposiciones evangélicas
parroquiales e instituciones religiosas. Fiel a su fe, me atrevería a
pronunciar que su vocación sería de pura casta por sus vivencias familiares y
personales.
Tristemente, 14 de junio, falleció don José en silencio
rodeado del cariño y el calor humano de los parroquianos de El Salvador con lágrimas
y el recuerdo de una imagen de un hombre bueno y de trato amable.
Destacó como humilde servidor entre los elegidos a extender
la Buena Noticia del Reino de los Cielos, por lo que debe de ser recompensado
por un Dios misericordioso, lleno de amor, y de una bondad infinita.
Discípulo ejemplar en el buen quehacer de la Iglesia
Católica, aunque muchos difieran. Por vida, dio muestra de esperanza y de un
objetivo, consiguiendo una meta universal sin condiciones.
Nuestro querido “Pepe” nos dio a muchas generaciones, entre
ellos me cuento yo, la asignatura de Religión en la Academia Pérez Galdós de
Enseñanza Libre, cuando el vestir del clero era la severa sotana. Descanse en
paz en el seno del Padre, Hijo y Espíritu Santo por los siglos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario