La esbelta Hermosura transportada
al alma de esta ciudad palmesana
es azucena blanca, soberana,
del alba místicamente adorada.
Sus proezas por querubines cantadas
son preludios como ecos de campanas,
trinos celestiales en mi ventana,
para gloria de la beldad amada.
La Palma a sus pies rinde homenaje
al Dios de la vida, fuerza inmortal,
agradeciendo el sublime linaje.
Pórtico santo, divino portal,
acoge a la Madre en fúlgido viaje
del monte a la orilla, Fiesta
Lustral.
A la Bajada de Nuestra Señora de Las Nieves. Santa Cruz de La Palma. 2020.