Mientras mi cena se enfría, releo unos apuntes sobre unos
pensamientos de hace muchos años atrás, cuando estuve activo en mi profesión de
profesor. Lo más habitual de los comentarios entre los padres en las citas de
tutoría eran lo referente a la autoestima de los hijos. Se
convertían en una de las áreas más importante en la vida colegial del ser
humano, entre alumnos, se convertía en lo social e intransferible. Hoy en día,
es bien sabido constatar con ella y sentir la satisfacción de lograr un alto
rendimiento.