A semejanza de los planetas girando alrededor del sol, así es
el Corpus Christi entre los cristianos, centro y adoración del autor de la
vida. Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado. Sea por siempre…, que nunca
podré agradecerle el inmenso regalo de la compañía viva en la Eucaristía, donde
se renueva la memoria de su pasión, muerte y resurrección.