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sábado, 16 de julio de 2011

PLENITUD MARIANA

                              Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero el Barranco de Maldonado sólo nos guía al oratorio de Nuestra Señora del Carmen. Fundado entre los años de 1725-1730, por el sacerdote Isidoro José Ferrera y Arteaga (1701-1776). De las montañas a la mar a través del cauce natural, donde se conjuga la armonía de unos paisajes reveladores y sempiternos de la memoria, se percibe una estela vaporosa de incienso difuminado con el humo y olor a pólvora, desprendido de los fuegos artificiales. Un crisol perfumado rebosando de líquenes y musgos, cálices y pétalos, semillas y espigas, comulgando entre sí para esparcir sus efluvios en este hallazgo de amor. Tierra y cielo parecen sonreír en un maravilloso alarde de pleitesía triunfadora. Es la unión y el abrazo de fervor y esperanza.