Otra vez tengo la intención de contarles como es mi Platero de ahora, en una
nueva andadura. Lo hago inclinado a la motivación de todos, sin querer influir
con sentimientos personales. Mis comentarios, según parece se fundan en la idea
de una aventura de un burrito suave, peludo y dócil, manso como una oveja
pastando por verdes prados, al igual que los miles de ellos, que hay en todo el
planeta y por la vida. Lo mismo que el escritor, esclavo del apego al cariño y
cuidado, según una bondad sin límites. Me considero así más humano, acompañando
a tantos de ellos, deambulando por caminos sin saber a dónde se va.