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domingo, 22 de diciembre de 2024

NAVIDAD


     Amor y felicidad, se despierta

de un letargo invernal,

clama al cielo la venida

de un Dios terrenal.

   Uno, Trino y Omnipotente

en un pesebre,

pobre y radiante,

encarnado en María

Virgen, Reina y Señora

concebida sin pecado original.

   Ángeles y querubines

acompañan a María

a celebrar el nacimiento

de su Hijo, el Mesías.

   Los querubines del infinito bajaron

del cielo a la tierra prestos,

queriendo jugar con las luces del día,

pero con ternura infantil sus pasos llegaron

hasta los pies del Niño y de María,

que sus rostros resplandecientes lucían

como un sol de mediodía.

   Más de pronto señalando hacia lo alto

la Virgen nos susurró                                       

unos versos de amor:

Duerme mi Dios, mi Señor…

   Seguidme y veréis la maravilla

que a los hombres regaló el Creador,

porque allí hasta el mismo sol se mira

en la Pura Luz de María.

   Dios te salve Virgen nuestra,

faro y guía

que conduce nuestros pasos,

llena eres de la Gracia,

bengala que nunca se apaga,

orquídea de llama intensa

y jazmín de nuestros días.

   Divino Niño que baja la mirada

al flamante corazón humano

y al encuentro de las lágrimas

de quienes lo contemplan.

   Bendito es el fruto de tu vientre

que nos presentas con reyes y pastores

entre rebaños y escenas populares.

   Entre el buey y la mula

y la paja del pesebre

Tú eres Hoguera de Fuego

sobre la Zarza en Llamas,

¡Gloria a Dios en los Cielos

y bendito sea el Señor!

Amor y Fruto primero

sobre el altar,

son ofrendas de amor.

   Majestuoso viniste del cielo venerado,

Santo Dios de Primavera

para escribir en la Historia

sobre el único Dios Verdadero.

   Santa María, José

y en el pesebre Jesús Niño

anuncian al mundo entero

la magia de la NAVIDAD.

   Todos, todos presurosos

Vayamos a celebrar,

Que ha llegado la NOCHE BUENA,

ha llegado NAVIDAD,

NOCHE de AMOR y de PAZ.