No sé si es un privilegio o un deseo mío de escribir sobre
una mujer de origen palmero por parte de su progenitor, natural de Garafía. Con
su nombre artístico de María Montez
y figura, dotada de un excelente físico y formidable belleza, se asocia al
Hollywood más exótico y ensoñador de la época cuando comenzó con la odisea de
rodar su primer film. Quisiera sólo plasmar unas pinceladas para mencionar el
impacto que causó en las generaciones de la primera mitad del siglo XX.