Seguimos los itinerarios insulares de la imaginación, que se
quedan transportados a un éxtasis sublime. Bajo nuestros pies sus sempiternas
llanuras de la isla, que intercambian luz, fuerza y color, auténtica cuna
primigenia de la vida en la Tierra. Nuestras miradas se desenvuelven sin
esfuerzo por esta superficie en calma, que es como una acuarela u óleo vivos y
tablas de un escenario vegetal, y que nunca presenta el mismo aspecto. Grandioso
manto de variadas sensaciones. Sus múltiples facetas reflejan el estado del
perdurable cielo, eterno e infatigable amigo.