El Crucificado. San Francisco |
La realidad de nuestros problemas nos conduce a la cima
incomprensible de la cruz del Gólgota.
Comprensible para un Dios único, inamovible en su decisión de sufrir la muerte
a causa de la redención, discutible por muchos y aceptada por otros. Es
pantalla para unos a cambiar la manera de reconocer el valor de una vida y
escándalo a aquellos esclavizados en módulos sociales, que les hacen
encadenarse en un medio de repulsa y cumplimiento a la vieja usanza.