Seamos prudentes y no masacremos la belleza de Santa Cruz de
La Palma. Me conforta verla coqueta y encantadora con ese no se qué tan
peculiar lleno de historia, progreso y, sobre todo, creciendo paulatinamente en
concordancia con lo tradicional y moderno integrado en el medio circundante. Hizo
valer como ayuntamiento sus derechos democráticos oponiéndose a los regidores
perpetuos, siendo pionero en España; primer puerto canario de importancia, después
de Sevilla y Amberes (Bélgica); se anticipó en instalar la luz eléctrica, el teléfono y telégrafo en las
islas, etcétera. No atentemos al pasado, presente y futuro de nuestro
municipio.