Hablar de la muerte produce un cierto temor a muchas personas
y a unos pocos es solo pensar en un destino del ser vivo. En resumida cuenta
forma parte del rechazo colectivo o de tantos datos históricos contrastados en
la sociedad. La fotografía de difuntos fue algo habitual en épocas atrás y
constituyó un punto de partida en la evolución de los pueblos, convirtiéndose
en una costumbre como señal de amor y respeto al difunto. No que fuera
obligado, pero sí extendido por todo el orbe cristiano para el recuerdo
familiar.