En esta ocasión tratamos un tema de mucho arraigo en Canarias
y, sobre todo, en La Palma. Análisis de dos épocas antagónicas en el espacio y
tiempo, religioso y popular, histórico y transcendental, suntuoso y cívico,
etc. En una sociedad fuertemente jerarquizada durante el Antiguo Régimen, el
clero regular masculino y femenino, el primero mucho más, era el sector
eclesiástico más influyente y permeable, accesible a todas las corrientes en
ese momento sobre la clase más pudiente y aristócrata, proletaria y
comerciante, señorial y hacendada… El único criterio de selección para entrar
en esos lugares sagrados era el basado en los antecedentes familiares,
socio-raciales, fe y estirpe de los pretendientes, que en el lenguaje de la
época se llamaba “limpieza de sangre”.