Sin pasar muchas páginas de la historia reciente de nuestro
pasado recordamos hechos cotidianos en la vida de ciudad. Un oficio para el
recuerdo, porque fue una estampa del ayer distinto, que poco o nada hizo por
subsistir a las influencias modernas de la competencia. El ambiente bohemio y
la música del momento cambiaron rápidamente y tomaron otros modos de actuar o
dejar libre el cambio de nuevos aires en el ir y venir del mundo urbano.
Seguramente para muchos se convierte en romanticismo callejero, lugar de citas
obligadas los domingos o cualquier día con el propósito de una tertulia
amigable y un saber lo último en el cuchicheo de cafés entre humos de tabacos
entrelazados en los dedos y el sabor del líquido negro, que a sorbos lentos
desaparece de la habitual taza.