Los niños correteando y jugando por las plazas y calles, los
papás comprando para la víspera y Noche Buena… a casi todas horas es la estampa
habitual en esta fecha. Eran otros tiempos, ni mejores, ni peores, simplemente
distintos, los de antes y los de ahora, los vividos por generaciones anteriores
y en estos momentos actuales, que los jóvenes transforman en botellones u otras
formas de evadirse.