Vestimenta mariana. Detalle de la Virgen Nuestra Señora de Las Nieves
María de Las Nieves, nuestra Señora consagrada por el amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo a ser la Madre del género humano, nos visita una vez más, después de tantas otras, pero en esta ocasión, solemnemente por ser la puerta que abre el anhelo a una nueva década. Un tiempo de reflexión para construir una retrospección de convivencia a nuestro pasado. Me imagino después de la celebración de aquella de 1970, cuando mi familia comenzó a configurar el germen del momento actual al nacer mi primogénita. Han transcurrido los días, como soles y lunas, en presencia de los que están y en ausencia de otros. Circunstancia que asumo con entereza para transmitirla con suma responsabilidad ciudadana, celebrándola con pleno gozo de acoger a la Virgen y disfrutar del beneplácito con los ojos puestos en la próxima visita.